No hay mejor estrategia de marketing que poner el cartel de serie limitada a un producto para que los potenciales compradores se vuelquen en su adquisición. En el caso de los coches suele ser una técnica muy eficaz que lleva a casos en los que un coche se agota en un abrir y cerrar de ojos. La última variante del Volkswagen Golf ha sido un nuevo ejemplo de ello: solo ha durado ocho minutos en el mercado.
El Volkswagen Golf R 333 se presentó la semana pasada como el Golf más potente de la historia, una variante basada en el R normal, pero exprimida para dar un rendimiento mayor del habitual.
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También era llamativo su precio, muy elevado para ser un compacto, por muy deportivo que este fuera: 76.410 euros, casi 20.000 euros más de lo que cuesta el mencionado Golf R en Alemania, país en el que se ha vendido la variante. Eso no fue impedimento para que los compradores acudieran en masa a por él, vendiéndose a un ritmo de 42 unidades por minuto.
El motivo se puede encontrar en su apartado mecánico, pero sobre todo en su exclusividad y en que existe la posibilidad de que sea un automóvil que se revalorice en el futuro.
Así es el Volkswagen Golf R 333
Lo más llamativo de esta variante es su exterior, pues luce el exclusivo color Amarillo Lima en la carrocería. A esto suma los gráficos específicos de los laterales, el techo negro, las llantas de 19 pulgadas envueltas en neumáticos semilisos, los faros Matrix LED y el sistema de escape Akrapovic de titanio.
El interior del Volkswagen es bastante discreto, pues solo incluye costuras, luz ambiental y gráficos para el sistema multimedia en el mismo tono que la carrocería.
El plato fuerte se encuentra en su mecánica. Monta un motor 2.0 turbo de tetracilíndrico de 333 CV y 420 Nm, asociado a una transmisión automática de siete marchas y al sistema de tracción integral 4MOTION. Gracias a ello acelera de 0 a 100 km/h en 4,6 segundos y logra una velocidad máxima de 270 km/h.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.