Lo que sucedió la madrugada del sábado al domingo en Alicante no es más que una acción publicitaria para que una marca consiga, como así ha sido, mucha notoriedad, utilizando para ello métodos muy poco ordinarios.
Dentro del mundo del marketing y la publicidad existen diferentes estrategias para llegar a los objetivos señalados por la marca. Los más comunes son lo que utilizan los medios convencionales: exterior, radio, prensa y televisión.
Más allá de la publicidad convencional, existen otros métodos que permiten a las marcas alcanzar esos objetivos de una manera diferente. Sin mucha inversión, pero que otorgue grandes resultados. Es el denominado ‘marketing’ de guerrilla.
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Control de policía
Lo sucedido en Alicante hace unas horas encaja perfectamente dentro del marketing de guerrilla, ya que ha aumentado la visibilidad de la marca (una cadena de hamburgueserías) sin recurrir a métodos tradicionales, se ha viralizado rápidamente en las redes sociales y ha aprovechado el momento, la celebración de los carnavales.
La acción se ha desarrollado en los alrededores de un club nocturno de Alicante. Para ello, se ha dispuesto un control policial: con sus agentes, sus señales, sus coches patrulla y con el resto de parafernalia. Los falsos agentes, que eran actores, paraban a los coches que se acercaban al aparcamiento de la discoteca.
Sorpresa inicial
Por sus reacciones, muchos de los conductores en un principio pensaban que se trataba de un control oficial de la Policía Nacional. Aunque una vez detenidos, se les acercaban los falsos policías y les advertían que disfrutaran de la noche con moderación y les entregaban una bolsa con una hamburguesa de la marca en su interior.
Los sorprendidos conductores pasaban de creer estar metidos en un control de tráfico real a comerse una hamburguesa antes de entrar a la discoteca. Durante la madrugada del sábado al domingo de este pasado fin de semana, esta acción corrió como la pólvora por las redes sociales.
Suplantar a la Policía
Aunque la acción del falso control de la cadena de hamburgueserías se realizó en un recinto privado, como es el aparcamiento de la conocida discoteca de Alicante, es de suponer que la firma lo habría comunicado a las autoridades competentes, ya que suplantar a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado es un delito.
Dicho acto se integra dentro del delito de usurpación de funciones públicas que está contemplado en el artículo 402 del Código Penal y cometerá este delito quien ilegítimamente ejerciere actos propios de una autoridad o funcionario público, atribuyéndose carácter oficial.
El citado precepto establece: “El que ilegítimamente ejerciere actos propios de una autoridad o funcionario público atribuyéndose carácter oficial, será castigado con la pena de prisión de uno a tres años”.
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