Aunque ya tenía versiones microhíbridas, para conseguir una hibridación completa en el Mazda2, la compañía japonesa optó por clonar un modelo existente, el Toyota Yaris. De esta manera, el mismo utilitario de Mazda se vende a la vez con dos carrocerías que difieren bastante entre sí: una de ellas, básicamente, es un Yaris con los logos de Mazda. Hasta ahora.
El fabricante, tras actualizar el modelo convencional, ha hecho lo propio con el Mazda2 híbrido. Y, ahora sí, ha introducido un mayor número de modificaciones para adaptar mejor su estética al lenguaje de diseño de la compañía.
Es algo que salta a la vista sobre todo en el frontal. Si antes era una zona en la que eran claramente un clon del Yaris, ahora Mazda ha conseguido otorgarle cierta personalidad propia.
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El conjunto sigue siendo claramente reconocible, pero ahora se incorpora una parrilla de tamaño considerable y que sigue el formato de diamante tan común en el resto de modelos de la marca. Además, el paragolpes también se modifica en la zona de los bajos y en la forma de los faros antiniebla. Las llantas son de 16 o 17 pulgadas, según el acabado.
En el interior, no se ha adoptado este enfoque y se incorporan las mismas mejoras que ha recibido el Toyota en su reciente puesta al día. Aunque en la versión de acceso la pantalla es de nueve pulgadas, en las superiores crece hasta las 10,5, a lo que suma un cuadro de instrumentos digital de 12,3 pulgadas. Otros elementos destacados de su equipamiento son el techo solar panorámico o el climatizador bizona.
Sin cambios mecánicos
Resulta llamativo que en el apartado mecánico no se beneficie de las mismas mejoras que el Yaris. Y es que, mientras este ha ampliado su gama con otra mecánica híbrida de 130 CV, el Mazda2 se conforma únicamente con la básica.
Así, emplea un motor 1.5 tricilíndrico y desarrolla 116 CV y 169 Nm de par máximo. Con esta configuración, acelera de 0 a 100 km/h en 9,7 segundos y alcanza una velocidad máxima de 175 km/h. Sin embargo, su principal virtud es que con ella es el coche híbrido que menos gasta del mercado, solo 3,8 litros cada 100 kilómetros.
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