El Renault Trafic se transforma en camper por partida doble

El turismo camper está al alza, motivo por el que las marcas ofrecen cada vez más modelos preparados de fábrica. El Renault Camper es un claro ejemplo de ello, incorporando a su oferta la variante SpaceNomad, que hasta ahora solo se vendía (con bastante éxito) en Suiza, y mostrando hasta dónde puede dar de sí el segmento con el prototipo Hippie Caviar Hotel.

El primero se ha creado de manera conjunta entre Renault el especialista Pilote, que ha transformado la furgoneta en un vehículo versátil en el que pueden viajar y dormir hasta cuatro personas. Está disponible en múltiples configuraciones, con cuatro o cinco plazas y dos longitudes de carrocería a elegir (5,08 y 5,48 metros).

En el habitáculo los asientos de piloto y copiloto pueden girar 180 grados para formar un confortable salón/comedor que dispone de una mesa en la parte central, de diversos muebles y de una completa cocina formada por dos fogones, una pila con cubierta incorporada y una nevera de 49 litros de capacidad.

El techo desplegable permite pernoctar a dos pasajeros (cama de 1,2 x 2 metros), mientras que los dos lo hacen en la zaga en la cama desmontable (1,24 x 1,88 metros) que hay. De puertas afuera, en el lateral derecho tiene un toldo de 2,2 x 2,35 metros, que permite crear una terraza en la que comer o sencillamente pasar el rato. Además, también dispone de una ducha exterior. Su oferta de motores incluye propulsores de entre 110 y 170 CV, con opciones de cambio manual o automático.

El Renault Trafic Hippie Caviar Hotel es una aproximación conceptual al segmento camper, que busca combinar la libertad propia de estos vehículos con el confort y el lujo propios de un hotel de primer nivel.

Está basada en la versión eléctrica del modelo que pronto se dará a conocer y presenta dos espacios bien diferenciados. Por una parte está el interior, diseñado como un salón, con un pequeño banco enfrentado al sentido de la marcha y un sofá más amplio en la parte trasera, que puede desplegarse para formar una cama de grandes dimensiones.

Ésta puede dejarse dentro del habitáculo o extenderse hacia el exterior por el portón trasero, pudiendo dormir al aire libre con el portón haciendo las veces de techo y cayendo desde este unas cortinas estilo balinés para aportar tanto privacidad como ejercer de mosquiteras.

La segunda zona está en el techo, al que se accede mediante una escalera situada en el lateral y en el que se pueden montar tanto asientos como pequeñas mesas para tomar el solo o disfrutar de las vistas.