Lo diremos desde el principio: no somos de coches autónomos. Por muchos beneficios que puedan aportar cuando estén desarrollados del todo (seguridad, eficiencia, etc), a nosotros nos gusta conducir, los vehículos no son solo para ir de un lado a otro, también son para aportar sensaciones a quien está detrás del volante.
Pero lo cortés no quita lo valiente, así que hay que reconocer que, en esta área, Audi está haciendo progresos bastante rápido. Hace unos meses, concretamente en octubre del año pasado, la marca alemana presentó el RS7 Piloted Driving Concept, que consiguió dar una vuelta al circuito de Hockenheim sin conductor a velocidades de hasta 240 km/h.
Esa primera generación del modelo recibía el apodo de ‘Bobby’, y ahora el fabricante acaba de presentar a su hermano, o segunda generación, como prefiráis, ‘Robby’. ¿Y qué tiene Robby que no tuviera Bobby? De primeras, una nueva decoración. Aunque eso es algo superfluo. Lo importante es que ha aligerado su peso 400 kg, lo que sumado a que mantiene la misma potencia de 560 CV, se traduce en un mejor rendimiento.
De hecho, Audi afirma que su coche autónomo ya está empezando a hacer mejores tiempos que pilotos humanos. Ha llevado a Robby al Sonoma Raceway en California y ha conseguido recorrer el trazado en 2:01,01. Según palabras de Thomas Müller, responsable de desarrollo de frenos, dirección y sistemas de asistencia al conductor en Audi. “El coche consiguió tiempos por vuelta mejores que los de los conductores de coches deportivos”.
¿Es este el inicio de una rivalidad humano/máquina en competición?
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.