El Skoda Scala es la apuesta de la marca checa en el competido segmento C compacto, un nuevo modelo en plena evolución y que acaba de incorporar una nueva variante movida por gas natural comprimido (GNC), que recibe la denominación de G-Tec.
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Utiliza un motor bifuel que es igual que el montado por Seat en algunos de sus modelos, como es el caso del Arona, un propulsor 1.0 tricilíndrico que desarrolla 90 CV de potencia y 160 Nm de par máximo, asociado a una caja de cambios manual de seis velocidades y con tracción delantera.
Su particularidad radica en que puede funcionar tanto con gasolina como con el mencionado GNC, aunque si utiliza el gas consigue rebajar hasta un 25% sus emisiones de carbono. Almacena este combustible en tres depósitos con una capacidad conjunta de 13,8 kilos, lo que le otorga una autonomía de 410 kilómetros. A esto se suma la presencia de otro depósito de gasolina de nueve litros, que amplía su alcance total hasta los 630 kilómetros.
Un beneficio derivado de su nueva configuración es que cuenta con la etiqueta ECO de la DGT. En cuanto a su principal inconveniente respecto a los Scala de gasolina y diésel es que ve mermada la capacidad de su maletero en 128 litros, cubicando solo 339.
Skoda ha confirmado que se podrá elegir este motor en los tres niveles de equipamiento de la gama (Active, Ambition y Style) y que contará de serie con elementos como los faros LED, la frenada de emergencia, el asistente de mantenimiento de carril…
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