Un nuevo récord que pone de relieve hasta dónde puede llegar la nueva movilidad eléctrica, en este caso con camiones de gran tonelaje. El logro despeja en cierto modo las incógnitas actuales en lo referente a la viabilidad de la energía eléctrica para el transporte pesado de larga distancia.
Como sucede con casi todos los récords, este último encierra también sus trucos. Pero no por ello deja de ser relevante. El primero y fundamental es que se realizó en circuito cerrado, en la pista de pruebas oval de Continental, que se llama Contidrom y está cerca de Hannover, Alemania.
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La tentativa envuelve a tres compañías diferentes: Futuricum, que puso el camión; Continental, que se ocupó de los neumáticos y la pista de pruebas, y DPD Suiza, la empresa de mensajería y paquetería que utiliza habitualmente el citado vehículo en su actividad comercial.
Al rodar en la pista se consigue una velocidad constante de desplazamiento, casi imposible de aplicar con tráfico real, que potencia el rendimiento. Y la velocidad media de la prueba, aquí viene el segundo truco, fue de 50 km/h, inferior a la que obtendría un camión de transporte en un trayecto real por autopista.
Los demás no son trucos, pero sí matices. El camión Futuricum, con base Volvo pero con mecánica eléctrica propia, incluye la batería más grande montada en Europa en un vehículo pesado de transporte: nada menos que 680 kWh. Como comparación, los automóviles con acumuladores más grandes rondan los 100 kWh.
El segundo es que se equiparon neumáticos especiales de Continental, los EfficientPro, que están específicamente diseñados para el transporte de larga distancia y aportan una resistencia a la rodadura muy baja. Y no son los que calza habitualmente el vehículo.
El tercero y último es que el camión iba vacío, reduciendo de esta forma su peso de las 19 toneladas habituales (con carga) a 15,5.
Aun así, el logro tiene mérito, porque dos pilotos, en turnos de 4,5 horas cada uno, consiguieron recorrer 1.099 kilómetros sin recargar la batería y establecer así un nuevo récord, que además cuenta con la certificación de los famosos Récords Guinness.
Los pilotos tardaron 22 horas y 56 minutos, y dieron 392 vueltas al circuito oval de Continental, con un consumo medio de 58 kWh cada 100 kilómetros.
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