Este es el verdadero problema de los coches eléctricos en España y muchas veces no se menciona

Los coches eléctricos se enfrentan a varias dificultades que retrasan el crecimiento de su cuota de mercado. Aunque cada vez hay más oferta, los conductores no se fían del todo de la movilidad eléctrica. 

Sin embargo, los motivos por los que los coches eléctricos no llegan a triunfar no son ni la autonomía ni la falta de puntos de carga. Según un estudio de T&E, es la fiscalidad. En concreto, es “la poca diferenciación entre los impuestos entre vehículos eléctricos y de combustión, tanto de particulares como de empresas” la que no contribuye a impulsar las ventas de coches eléctricos.  

La Federación Europea de Transporte y Medio Ambiente (T&E) concluye que en España no se utiliza la fiscalidad como una herramienta para potenciar las ventas de coches eléctricos. Al final, los conductores no ven ningún beneficio a cambio del esfuerzo que hacen al comprar un vehículo electrificado, por lo que dejan de plantearse estos coches como una opción.

La fiscalidad de Portugal, un ejemplo

“El primer paso para que España rejuvenezca su parque automovilístico e impulse la venta de vehículos puramente eléctricos no es otro que modernizar su fiscalidad”. Esta es la opinión del responsable de electrificación de flotas en Transport & Environment, Óscar Pulido, quien pone el ejemplo de Portugal.

En Portugal, la carga fiscal que asume un conductor de un coche eléctrico en cuatro años es de 22 euros. Por un vehículo de las mismas características, en España se pagan hasta 14.054 euros. En comparación, la diferencia de la carga fiscal con un vehículo de combustión es abismal en el país vecino. Con un motor térmico y pasados cuatro años, en Portugal se pagan 36.582 euros en impuestos y tasas mientras que en España, 20.665 euros.

Algunas de las medidas que ha adaptado Portugal y cuya aplicación en España recomiendan desde T&E son la eliminación del impuesto de matriculación y la posibilidad de desgravarse el IVA de la compra en la declaración de la renta.

En España, la falta de diferenciación de fiscalidad para un vehículo eléctrico y uno de combustión se ve, por ejemplo, en la regulación del pago del impuesto de circulación. Queda “desvirtuado” al atender a los caballos fiscales y aplicarse a los eléctricos. Desde esta federación apuestan por una lógica en la que el que más contamine, más pague.

No se pagan tantos impuestos

Aunque no lo parezca, la fiscalidad en España sobre los coches, eléctricos o no, no es tan elevada si se compara con la clasificación europea. Según la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA, por sus siglas en inglés), España se encontraría al final de la lista en lo que se refiere a pagos de impuestos.

Tras recabar información sobre 13 países, España recauda por vehículo unos 1.312 euros. Se encuentra en la última posición de la clasificación pese a haber aumentado en un 13,2% la recaudación en 2022. Dentro de la misma comparativa, los conductores en Alemania pagan de media 1.963 euros por vehículo, en Francia 1.911 euros y en Italia 1.727 euros.