El respeto mutuo se antoja como uno de los pilares fundamentales de la convivencia entre automovilistas y ciclistas en carreteras y ciudades. Las campañas de concienciación sobre la imprescindible protección a un colectivo tan expuesto (con acento en la distancia mínima de 1,5 metros en los adelantamientos) parecen surtir efecto entre los conductores, aunque muchos son los que mantienen que los usuarios de bicicleta también deben cumplir con la normativa vigente para estos vehículos sobre el uso de la vía pública.
En cualquier colectivo tan numeroso no faltan las excepciones y en ocasiones se producen situaciones de peligro provocadas por los ciclistas. Es el caso de la que refleja el vídeo difundido por José A. Plaza el pasado mes de junio, que acumula más de 3,7 millones de visualizaciones en Facebook y ha sido compartido 100.000 veces. Y contrariamente a lo que suele ocurrir en este tipo de imágenes que llegan a ser virales, la unanimidad al respecto es casi absoluta: conductores y ciclistas coinciden en su gran mayoría en criticar la actitud de este grupo de aficionados al ciclismo.
El vídeo recoge a un pelotón de ocho ciclistas que rueda por una carretera de doble sentido con arcén ocupando la totalidad de su carril. Durante un minuto, las filmación realizada desde un automóvil que sigue al grupo refleja como solo uno de ellos marcha por el lateral y los demás abren su trayectoria sin ningún tipo de precaución y bloqueando por completo la vía. En esas circunstancias, el adelantamiento se convierte en una maniobra no sólo de alto riesgo sino prácticamente imposible, puesto que un automóvil no podría dejar el metro y medio de distancia reglamentaria sin invadir incluso el arcén del carril contrario. El vídeo se publicó lanzando la pregunta “¿de dónde saco el metro y medio para adelantarlos?”.
Entre los más de 2.200 comentarios que acumula la grabación en la red social en la que se comparte se encuentran opiniones de lo más variadas, tanto de ciclistas como del resto de usuarios de vehículos. Al margen de las inevitables posturas extremistas, la tendencia general apunta a la crítica de la acción. Los practicantes de este deporte inciden en el peligro que acarrean tales actitudes y el perjuicio que supone para el colectivo: “Soy ciclista y lo siento mucho, pero en este caso los ciclistas no tienen ni idea de circular. Peligroso para ellos y para los conductores. No entiendo, si sales en bici tienes que cumplir también las normas”, señala Javier Serna como muestra.
Los automovilistas también recalcan la peligrosidad del hecho e insisten el pedir a los ciclistas el cumplimiento de la normativa y su colaboración para reducir al máximo la siniestralidad. Así lo explica, por ejemplo, Fernando González en otro de los comentarios: “La normativa dice que pueden ir en paralelo pero en grupo de dos, no más. Como se ve en la imagen no pueden ir. Ya sé que así no se puede adelantar y menos poner en peligro a nadie, lo que se pide es que circulen como tienen que hacerlo y no como quieren”.
En efecto, la Dirección General de Tráfico indica a los ciclistas que si marchan en grupo deben hacerlo “siempre en fila india o en paralelo (de dos en dos) nunca en pelotón”. Del mismo modo, la normativa es clara respecto a las obligaciones en carretera para el resto de los implicados en la circulación: mantener la distancia de 1,5 metros al adelantar (pudiendo rebasar la línea continua si no hay vehículos en sentido contrario), incrementar la distancia de seguridad, reducir la velocidad, respetar su prioridad incluso cuando circulen en grupo y nunca rebasarlos si existe el más mínimo riesgo.
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