La última generación del BMW X5 apenas lleva medio año en el mercado, pero el fabricante alemán no deja de sumar nuevas variantes y opciones para ampliar la gama. La última en llegar es la sDrive25d, y es la primera vez que un X5 se puede elegir con un sistema de tracción trasera.
La otra novedad que aporta es su motor de cuatro cilindros, un diesel 2.0 que entrega 218 CV de potencia a 4.400 rpm y un par máximo de 450 Nm entre las 1.500 y las 2.500 rpm. El bloque se asocia a una transmisión automática de ocho velocidades.
Con esta combinación el X5 sDrive25d acelera de 0 a 100 km/h en 8,2 segundos y alcanza una velocidad máxima de 220 km/h, mientras que homologa, según BMW, un consumo en ciclo mixto de entre 5,6 y 5,7 l/100 km y unas emisiones de CO2 que oscilan entre los 149 y los 151g/km.
Esta variante, que a partir de ahora es la versión de acceso de la gama cuenta en su equipamiento de serie con faros Bi-Xenón con lavafaros, sensores de aparcamiento delantero y trasero, retrovisores anti-deslumbramiento, Bluetooth y USB, apertura automática del portón trasero, asientos traseros abatibles en proporción 40:20:40 y llamada de emergencia avanzada.
Ya se puede adquirir en los concesionarios de BMW a un precio de 58.250 euros para la versión con tracción trasera y de 61.250 euros para la de tracción total.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.