Este coche está hecho a prueba de balas, pero no resiste los imanes de la nevera

Madrid |

Puede aguantar mazazos y hasta lanzallamas, pero colocar un imán hace que su carrocería se oxide y aparezca la corrosión.

Tesla Cybertruck

Las marcas de la carrocería. Vía 'cybertooth'.

Cuando el Tesla Cybertruck se presentó en sociedad, poco menos que se tachó de indestructible, una afirmación que no se mantuvo mucho en pie, pues en el mismo evento, su teóricamente irrompible ventanilla hecha de ‘Gorilla Glass’ se fracturó ante el impacto de una bola de metal. Esto debería haber establecido un marco de referencia para lo que estaba por venir, pero siguen surgiendo nuevas debilidades sorprendentes del pick-up.

Dado que la compañía estadounidense dijo que era un coche a prueba de balas, en los meses posteriores a su puesta a la venta se ha sometido a todo tipo de suplicios: disparos, lanzallamas o martillazos, entre otras cosas.

Sin embargo, aunque ha aguantado algunos impactos que otros vehículos no podrían soportar, algo tan común como un excremento de pájaro o la propia lluvia hacen que su carrocería peligre.

Ahora, en el foro de un club de propietarios del modelo, el Cybertruck Owners Club, uno de los usuarios ha puesto de manifiesto una nueva debilidad para la camioneta eléctrica: los imanes.

Según comenta ‘cybertooth’, aprovechando la carrocería metálica sin pintar del Tesla, colocó una serie de imanes de publicidad. Los dejó puestos durante un mes y, cuando los quitó, se encontró con que detrás se había acumulado tanto óxido como corrosión.

Explica que pudo limpiar la mayor parte con un producto de limpieza específico, pero que siguen estando presentes algunas manchas blancas que, además, tienen una textura áspera que contrasta con la suave del resto de la carrocería. Pide a los otros foreros consejo sobre como quitarlas, aunque señala que su idea es utilizar una pulidora para intentar eliminarlas.

Muchos de los usuarios ni siquiera sabían que existiera la posibilidad de que pasara algo así, algunos de ellos admitiendo que también han puesto imanes en el suyo y que ahora les da miedo cómo pueda estar la carrocería por debajo.

Otros apuntan que tiene sentido que haya ocurrido algo así, ya que se puede producir una reacción electroquímica entre el metal y un imán si estos se están tocando o incluso si están separados por una capa muy fina de otro material (algunos usuarios comentaban la opción de colocar vinilos entre medias para evitar el problema), y que, si se producen precipitaciones, el agua puede acelerar la reacción.

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Mario Herráez

Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.

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