La picaresca nunca está exenta de ideas para saltarse la barrera de la legalidad. A la hora de esconder parte de la matrícula para evitar las multas por exceso de velocidad, los conductores han optado por suciedad intencionada, mascarillas, telas… y hojas de árboles. Francia copia el truco a España.
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Aquí se hizo viral en 2022 cuando alguien fabricó un imán con forma de hoja para tapar la matrícula y que los controles de velocidad no le pillasen infringiendo la ley.
El funcionamiento consistía en colocar la hoja-imán sobre la matrícula para ocultarla parcialmente y circular ignorando los radares. ¿Y si se encontraba con un control? El mando que incluía desactivaba el imán y la placa era perfectamente visible.
AliExpress aseguró que ofrecía aquella fórmula por un módico precio (12,99 euros), que incluía el envío: posteriormente eliminó el mensaje de X y el producto dejó de aparecer en su página para España.
Y es que, si no se puede leer la placa, el conductor puede librarse de la sanción. Incluso si la Dirección General de Tráfico (DGT) lograse identificarlo, podría recurrir con elevadas posibilidades de éxito.
Francia copia el truco
En Francia han copiado este truco, que no entiende de fronteras. En París se ha convertido en una práctica habitual, sobre todo entre los motoristas. ¿La razón? El sistema Lapi, que ayuda a identificar posibles infracciones en las zonas de estacionamiento regulado.
Los coches equipados con el sistema Lapi recorren las ciudades (París, Lille, Toulouse, Burdeos, Nantes y Marsella) y leen las matrículas de los vehículos que están aparcados. Las comparan, en tiempo real, con la información de los parquímetros: así saben quién ha pagado, quién no y quién ha superado el tiempo abonado.
El problema es que el sistema Lapi no es perfecto: es incapaz de reconocer las tarjetas de los coches que pertenecen a conductores con movilidad reducida, que cuentan con 12 horas gratis, y tampoco diferencia cuando un coche está parado como ocurre con las autoescuelas.
Al tener sólo una matrícula, las motos han encontrado en el truco de la hoja la fórmula perfecta de eludir las cámaras del sistema Lapi. Además, un abogado especializado en la defensa de conductores ha explicado que esconder una parte de la placa es suficiente para no pagar el parquímetro.
Y es que la persona que está en el vehículo de control no tiene autorización para bajarse y quitar la hoja que está en la placa. Eso sí, engañar al sistema Lapi puede salir caro: las multas oscilan entre los 35 y los 135 euros. Una cifra superior a la del parquímetro.
Si, por otro lado, se modifican intencionadamente los caracteres de la matrícula, la sanción puede ser de hasta 3.750 euros y penas de hasta cinco años de prisión. En este caso podrían confiscar el vehículo, restar un máximo de seis puntos en el carnet y suspender o cancelar el mismo durante tres años.
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Desde que aprendió a hablar y escribir, una de sus pasiones siempre fue contar todo lo que pasaba a su alrededor. Hizo las maletas y cambió Zaragoza por Madrid para estudiar Periodismo en la Universidad Complutense. Antes de graduarse, el mundo del motor se cruzó en su camino… y nunca lo ha abandonado.