Si tu trabajo es parar un fórmula 1 que a menudo supera los 300 km/h, tienes que estar preparado. Brembo lo sabe y por ello prueba sus frenos de la manera más exigente posible. Los discos, hechos de un compuesto de fibra de carbono, llegan a aguantar temperaturas de hasta 750º centígrados.
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