Con el cambio radical que supuso la octava generación del Honda Civic, se dio paso a un estilo algo futurista, con mucho músculo y en el que las afiladas aristas llevaban la voz cantante. Dos generaciones después y con un nuevo cuerpo a medio camino entre un compacto y un sedán, el japonés no ha relajado ni un ápice su carácter, y el recién estrenado Honda Civic Type R puede que sea el máximo exponente de esa imagen agresiva a más no poder.
El resultado del modelo de producción es bastante fiel al prototipo presentado en septiembre del pasado año.
Como ya se dijo al desvelar el concept, la nueva generación del Civic Type R emplea el mismo propulsor que su predecesora, un bloque 2.0 VTEC turbo, aunque mejorado para entregar 320 CV (10 más) y un par máximo de 400 Nm. Se combina con una caja de cambios manual de seis velocidades y con un sistema de tracción delantera, pero Honda no ha desvelado sus prestaciones.
Lo que sí ha confirmado es que cuenta con mejoras en su chasis, como por ejemplo un aumento del 38% en la rigidez torsional o un peso más ligero, así como la presencia de tres modos de conducción que varían la respuesta de la suspensión, la dirección, la respuesta del acelerador o el cambio de marchas. El Confort como básico, un Sport para un comportamiento más dinámico y el +R pensado para uso en circuito.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.