Ponte en modo retrospectiva: tu siendo un niño, saliendo de tu clase de primaria (EGB para los más curtidos) y tu madre esperándote en la puerta del colegio, con suerte con un Bollicao, si no con una pieza de fruta. Listos para empezar un anodino trayecto de cinco o 10 minutos hasta tu casa en vuestro aburrido pero práctico monovolumen.
Ahora vuelve al presente e imagínate que tu madre es la protagonista del vídeo y que vuestro coche familiar es un Toyota Sienna preparado con 500 CV de potencia. ¿A que no te importaría ser ese niño?
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