En enero de este mismo año, un automóvil era cazado a 253 kilómetros por hora en la autopista Norte-Sur en el área de Waterloo Corner, en el norte de Adelaida (Australia). Un joven de 20 años (en posesión del carnet novel) que conducía un Holden UTE de color negro, rebasaba en 110 km/h la velocidad máxima permitida en ese punto.
Gracias a que sufrió un fallo mecánico, una patrulla de la policía pudo darle caza unos kilómetros más adelante. Más allá de llevar casi al extremo el radar, el joven conductor también dio positivo en el test de drogas. Según un portavoz policial, se trataba de una de las velocidades más altas jamás registradas en Australia.
La primera tanda de multas que recibió fue considerable. El automovilista fue sancionado por velocidad extrema agravada, conducción temeraria, violar su permiso de aprendizaje, conducir un vehículo no registrado y conducir bajo los efectos de las drogas. Se le retiró la licencia durante 12 meses y se encontraba a la espera de la decisión del juez.
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Destrucción del vehículo
Ahora, ocho meses después, se ha conocido la sanción definitiva: cárcel, achatarrar el vehículo en un desguace y una cuantiosa multa económica.
El conductor fue sentenciado a siete meses de prisión el pasado mes de julio por una serie de delitos múltiples y no podrá volver a conducir en la vida.
Según la ley de Australia del Sur, un Estado en la parte centro sur del país, los conductores que cometen ciertos delitos pueden terminar con sus automóviles achatarrados o vendidos.
El director de la Policía, Joe Szakacs, comentó que 1.500 personas fueron “privadas permanentemente de su vehículo el año pasado. Aproximadamente dos tercios de esos coches se achatarraron”. Algunos vehículos confiscados se venden en subastas, y los ingresos se entregan al Fondo de Compensación para Víctimas de Delitos, mientras que los que se consideran no aptos para circular se destruyen.
Exceso de velocidad y accidentes
Por su parte, el superintendente de la División de Servicios de Tráfico, Darren Fielke, declaró que conducir a tales velocidades podría haber sido “catastrófico” para el conductor y los demás usuarios de la vía.
Aunque nadie resultó herido en ese incidente, el superintendente Fielke afirmó que el exceso de velocidad representa “más de un tercio” de los accidentes fatales que ocurrieron en las carreteras del Sur de Australia durante el pasado año.
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Entusiasta del motor en toda su magnitud, preferiblemente los V12. Le dijeron que cuatro ruedas eran mejor que dos, por eso se compró otra moto. Claro que también le apasiona cuando van las cuatro juntas. Ha trabajado como creativo publicitario para muchas marcas de coches y motos e hizo la mili en esto de juntar letras en la editorial Luike.