La movilidad está cambiando y la forma de acceder a ella lo hace de forma paralela. La propiedad ha dejado de ser la manera exclusiva de disfrutar de un vehículo y son cada vez más las marcas que lanzan propuestas innovadoras a sus clientes. Es ahora el caso de Seat con su programa Flex.
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La iniciativa de la marca española pretende que cada usuario pueda elegir el modelo de su interés con la mayor flexibilidad posible, el tiempo que decida en su contrato y pensar qué hacer a continuación a la fecha de su vencimiento.
Las variables para el cliente van desde aportar o no una entrada a la operación, elegir la duración del acuerdo, el kilometraje anual que realizará y las opciones posteriores: continuar con el coche, cambiarlo por otro de Seat o devolverlo.
Se trata de un servicio similar al que ya ofrecen otras marcas del sector, que tiene la ventaja de facilitar a los interesados el acceso a cualquier de los modelos de Seat por una cuota muy ajustada. Una cantidad en la que se incluye, además, la garantía y el mantenimiento del coche durante el periodo elegido.
La duración mínima del contrato de Seat Flex es de 12 meses y el máximo cinco años, con distancias de utilización entre 10.000 y 40.000 kilómetros. Una propiedad flexible que permite decidir, del mismo modo, el momento de finalización del contrato, adaptándose de ese modo a las necesidades del cliente.
Un ejemplo de esta fórmula es el popular Seat Ibiza, disponible desde 230 euros al mes, con una duración del contrato de 60 meses sin entrada y con una cuota final de 8.414 euros.
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