El mundo del motor pasó de dar la bienvenida a los dos primeros coches solares a decirles adiós en tiempo récord. Tanto Sono Motors como Lightyear echaron el freno de mano a la producción de sus vehículos, pero en el caso de la segunda la caída ha sido más dolorosa: están subastando todas sus posesiones para hacer frente a los acreedores.
Fue en 2019 cuando la compañía Lightyear mostraba el prototipo del que iba a ser su primer coche solar: el Lightyear One, que costaba 250.000 euros. Tres años después arrancaba su producción y dos meses después de poner las máquinas en marcha, las detenía.
La quiebra de Lightyear
La marca canceló el proyecto para centrarse en el Lightyear 2, un coche que iba a tener un precio aproximado de 40.000 euros. En febrero de 2023, Atlas Technologies BV, la empresa matriz, comunicaba que la compañía estaba en bancarrota y había entrado en suspensión de pagos.
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Un par de meses después de aquel anuncio, la firma ha puesto a la venta todos sus bienes a través de una subasta para pagar a sus acreedores e intentar retomar el desarrollo del Lightyear 2. Aun así, ha apuntado que necesitarán más fondos para ofrecer un coche solar que los conductores puedan usar.
La subasta está organizada por la web Troostwijk, que se está encargando de organizar todos los bienes que esperan en las instalaciones de Lightyear a sus nuevos propietarios. Y lo cierto es que hay algunas cosas interesantes.
Los seis prototipos del Lightyear One son los que más atención están acaparando: uno de ellos, incluso, parece que está casi listo para entrar en producción. Hay, también, cajas llenas de piezas, cableado, componentes electrónicos, unos asientos Recaro, baterías, elementos del interior, una carrocería completa… Es posible, al mismo tiempo, encontrar partes del chasis y chasis enteros.
Lightyear vende hasta el papel higiénico
Se podría construir un coche con todo lo que vende Lightyear, pero también es posible equipar una oficina con todo el material que hay disponible. En la subasta se ofrecen desde monitores hasta mesas, pasando por sillas y lámparas. Incluso está disponible el mobiliario de una sala de reuniones que se vende en un paquete completo.
Y también hay cosas tan aleatorias como particulares, pero que desvelan la situación financiera en la que está la marca. Un buen ejemplo de ello son las cajas con papel higiénico, los artículos de limpieza o las cuatro cabinas telefónicas insonorizadas.
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Desde que aprendió a hablar y escribir, una de sus pasiones siempre fue contar todo lo que pasaba a su alrededor. Hizo las maletas y cambió Zaragoza por Madrid para estudiar Periodismo en la Universidad Complutense. Antes de graduarse, el mundo del motor se cruzó en su camino… y nunca lo ha abandonado.