La pintura para el asfalto que enfría las ciudades

Casi 100.000 metros cuadrados han sido coloreados con una nueva pintura que refleja la luz del sol para mitigar el llamado efecto ‘isla de calor urbano’, que afecta a las grandes ciudades en la época estival. Este fenómenos se debe a la acumulación de calor por la inmensa mole de hormigón, así como otros materiales absorbentes de calor.

Al reemplazar las superficies cálidas y oscuras de las calles, tejados, parques infantiles o estacionamientos con estas alternativas más frescas, se reducirá la temperatura en las urbes hasta en 10 grados centígrados. 

Además, pintar el asfalto con estos recubrimientos químicos, que bloquean la absorción de la radiación solar, no supone una gran incidencia sobre las arcas del consistorio y por ende del ciudadano, ya que tienen un coste muy bajo por metro cuadrado.

Distracción para los conductores

La gama cromática de las pinturas con las que se ha realizado el ensayo en los parques infantiles y estacionamientos del vecindario de Pacoima, en Los Ángeles, ha sido con los colores azul y rojo. 

Para el asfalto por donde transitan los vehículos, en las calles y avenidas de las ciudades, se está ensayando con otro tipo de pintura denominada Invisible Shade, porque los cambios de color en las carreteras podrían ser una distracción para los conductores.

Este tipo de pintura es, además, muy ‘inteligente‘, ya que permite reflejar tanto la luz del espectro visible, como también la luz en el espectro infrarrojo, que es de donde proviene la mayor parte del calor solar.

Ciudades más habitables

Los responsables del proyecto tienen claro que este tipo de pintura urbana no va a terminar con el calentamiento global, pero puede contribuir a una mejor calidad de vida en las ciudades durante la canícula. De hecho, en el vecindario de Pacoima se han medido temperaturas de hasta menos 12 grados en las áreas que ha recibido la pintura comparadas con las que no contaban con este revestimiento.

Además, esta pintura va a compensar las emisiones de gases de efecto invernadero de todos los automóviles en el vecindario (aproximadamente 700 vehículos) durante casi tres años, ayudando también a reducir la contaminación en grandes áreas urbanas.