Las aguas esconden grandes misterios que el ser humano ha tratado de resolver a lo largo del tiempo. El triángulo de las Bermudas, la ciudad perdida de Átlántida o el hundimiento del Titanic y la desaparición del bote submarino que iba en su busca son algunas de las grandes incógnitas que albergan las profundidades del océano.
Se trata de un ecosistema del que se conoce un porcentaje muy pequeño, teniendo en cuenta que los océanos cubren alrededor del 70% de la superficie de la Tierra. Por ello, los más inquietos necesitan satisfacer esa necesidad, bien navegando en submarinos, bien llevando a cabo rutas de buceo. Sin embargo, existen además otros medios con los que se ha intentado explorar este hábitat.
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Rinspeed sQuba, el coche submarino
Aunque parezca algo imposible, hace más de una década se puso en el punto de mira el uso de vehículos para sumergirse en el océano. Y, sorprendentemente, se consiguió.
La empresa suiza Rinspeed fabricó en la década de los 2000 el primer coche submarino del mundo, bautizado bajo el nombre de Rinspeed sQuba. El prototipo se presentó en el Salón del Automóvil de Ginebra de 2008 y fue una creación única. Además, era descapotable.
Este coche podía descender a una profundidad máxima 10 metros y la velocidad que conseguía alcanzar bajo el agua era de 3 km/h. Lo necesario para moverse como pez en el agua. Fue en 2015 cuando se subastó por un precio de dos millones de euros.
El coche del agente 007
Lo que resulta curioso sobre este modelo, además de ser un coche sumergible, es que se inspiró en un coche que muchos cinéfilos recordarán: el Lotus Esprit S1 de James Bond.
Este Lotus apareció en la película La espía que me amó (1977), protagonizada por Roger Moore, y se convirtió en uno de los artilugios más recordados de la saga, ya que en apenas unos segundos conseguía transformarse en un submarino.
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La comunicación y la escritura han estado presentes en su vida desde que era muy pequeña. Por ello, se lanzó a estudiar periodismo y comunicación audiovisual en la URJC, dando sus primeros pasos en la revista Cuore. Ahora, en Prisa Motor, combina dos de sus pasiones: la edición de vídeos y los coches.