Aunque los coches ciudadanos tienen una gran aceptación en algunos países europeos como Italia e incluso Alemania, las ventas en España y la mayoría de los países de nuestro continente siguen sin alcanzar cifras significativas. Y es que estos coches, que miden entre 2,7 y 3,5 metros de largo y permiten aparcar en esos pequeños huecos que quedan libres porque no cabe ningún otro vehículo, cuestan casi como los utilitarios y son mucho menos polivalentes, ya sea en el uso familiar o como coche único para conductores jóvenes. En el primer caso, porque ofrecen un espacio interior limitado, y en el otro, porque sus carrocerías, que buscan maximizar la habitabilidad a base de formas cuadradas, carecen de gancho estético para seducir al público más juvenil y tampoco son los más indicados para afrontar viajes.
Con estos inconvenientes, solo los modelos con diseños distintivos están logrando cifras de ventas reseñables, y eso a pesar de que tienen unos precios muy superiores a los de los modelos urbanos más convencionales. El mejor ejemplo es el Fiat 500, que nació siguiendo la estela del nuevo Mini y está triunfando en la mayoría de los países occidentales. La clave está en el encanto de su diseño, que le ha permitido superar al legendario Fiat Panda a pesar de que ambos comparten la misma mecánica y el 500 cuesta bastante más caro. Incluso el Ford Ka, que también utiliza la misma base mecánica con otra carrocería, no ha logrado acercarse ni de lejos a las ventas del pequeño Fiat.
Otro caso reciente es el de los últimos trillizos, los VW Up!, Seat Mii y Skoda Citigo, el único lanzamiento destacable del año 2012, junto al Renault Twizy, entre los coches de ciudad. Los tres son un mismo modelo con los detalles estéticos de cada marca. Y a pesar de ofrecer una calidad superior a lo habitual en este tamaño, unos motores de gasolina de tres cilindros muy eficientes y con consumos reducidos, y unos precios competitivos, están pasando casi desapercibidos, en especial en España.
Todos estos ejemplos demuestran que el diseño puede ser mucho más importante que el precio, también incluso entre los coches más pequeños, un segmento en el que, al menos en teoría, prima sobre todo la economía.
El gran protagonista en 2013 será el nuevo Opel Adam, que estará disponible en España a partir de febrero (desde 12.080 euros). Este nuevo ciudadano luce el nombre del fundador de la marca y aplica la fórmula del Fiat 500, aunque sin explotar ninguna herencia histórica. Pero aporta un diseño simpático con una personalidad muy marcada, y también se puede decorar a medida. Además, en 2013 saldrá una nueva generación del Hyundai i10. Llegará hacia el otoño con una imagen muy diferente a la del actual, que tiene línea monovolumen. Fiat también pondrá al día hacia la primavera el 500, con algunos retoques estéticos tanto en el exterior como en el interior.
Smart comercializará la versión eléctrica de gran serie del Fortwo, aunque todavía con la carrocería actual. Sin embargo, hacia el último trimestre de 2013 se mostrará ya la tercera generación del Smart, que llegará a finales de año o principios de 2014. Compartirá la base mecánica con el próximo Twingo y también sus motores. De momento, Smart ha adelantado algunos detalles de su imagen en prototipos que viene presentando en los salones internacionales. Y el último es el Smart Forstars, que ensaya detalles de la posible parrilla y la zaga del nuevo modelo de serie para probar la aceptación del público.
Por último, Mini presentó en los Juegos Olímpicos de Londres el prototipo Rocketman, un nuevo Mini en formato reducido pensado para urbanitas. Tiene un tamaño similar al del Fiat 500, y aunque de momento no se ha confirmado su fabricación en serie, la mayoría de los coches-concepto de esta marca han acabado haciéndose realidad. Y este tiene el gancho necesario para triunfar.
El fenómeno Twizy y las decoraciones a medida
El Renault Twizy ha sido la estrella destacada del año entre los modelos urbanos. No es exactamente un automóvil, al menos tal y como se entienden los modelos convencionales. Pero este cuadriciclo eléctrico biplaza fabricado en Valladolid, a medio camino entre minicoche y escúter carrozado, es uno de los pocos vehículos eléctricos que han logrado unas ventas significativas.
Las primeras unidades se empezaron a entregar en primavera, y desde entonces se han vendido 9.000 en todo el mundo, casi 900 solo en España. Y debería superar las 10.000 este año. Además, Renault ha desarrollado por fin unas puertas con ventanillas para aislar mejor el interior, su carencia más criticada. El Twizy se sigue de cerca en los cuarteles generales de varias marcas europeas, que tienen desarrollados modelos similares y solo esperan que se confirme su éxito para fabricarlos en serie.
Otra tendencia que se impone entre los coches ciudadanos es la decoración a medida. El Mini marcó el camino; después se apuntaron el Fiat 500 y el Citroën DS3, y ahora lo hace el Opel Adam.
El modelo inglés empezó ofreciendo bandas decorativas, techos de colores y adornos interiores. Pero la oferta se está ampliando ahora con más colores de carrocería y listas interminables de llantas, tapicerías e interiores específicos, como el techo estrellado del Opel Adam.
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