Las diferentes señales viales, como los ‘stop’ o los ceda el paso tanto verticales como horizontales, y los diseños de las diferentes intersecciones, desde glorietas hasta cruces, permiten organizar el tráfico de manera segura y coordinada.
Al menos, esa es la intención con la que todo el personal involucrado en el diseño de ciudades y caminos dibuja las carreteras. Sin embargo, es justo decir que en ciertas ocasiones tienen más éxito que en otras.
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Las redes sociales están plagadas de publicaciones donde los usuarios destacan las aberraciones más curiosas de sus ciudades. Desde rotondas con figuras extrañas hasta cruces e intersecciones imposibles, hay creaciones urbanísticas que más que facilitar la circulación, la complican.
Los cruces, sobre todo en ciudad, son útiles para que los conductores puedan cambiar de sentido de marcha o girar de manera coordinada, sin riesgo de colisionar con otras vehículos que tengan las mismas intención. Pero, si no están bien diseñados, acaban teniendo el efecto contrario.
El cruce de Mataró
Los efectos de una intersección mal diseñada se pueden ver claramente en uno de los cruces más extraños de España. Está ubicado en Mataró (Cataluña) y ha sido objeto de quejas en redes sociales.
El diseño de este cruce, en un principio, parecía sencillo. Dos carriles principales, separados entre sí, a cada lado de la vía dominan el espacio. En un cierto punto, se abren dos carriles perpendiculares que permiten cambiar de sentido.
Cada carril de giro está delimitado por un ‘stop’, para que los vehículos que quieran cambiar de sentido se detengan y den preferencia a los que ya circulan por la vía principal. Hay dos carriles bici pintados en rojo, delimitando el principio y el final de esta área de giro.
El sentido de los stop o, mejor dicho, su ubicación no está del todo clara. No porque no sirvan, que sí, sino porque al entrar en estos carriles para girar da la sensación de que los vehículos circulan en dirección contraria. En el vídeo se puede ver cómo los vehículos se confunden al girar y acaban invadiendo el carril del sentido contrario.
Además, cómo el espacio es reducido y el diseño crea confusión, suelen acumularse varios coches en fila esperando para pasar. Hay que sumar la existencia del carril bici, que dificulta la fluidez del tráfico, ya que además de no saber en qué carril colocarse y de respetar el ‘stop’ los conductores tienen que estar atentos al paso de bicicletas.
Con todos estos factores puestos en común, el resultado es bastante caótico. De hecho, las imágenes hablan por sí solas. Y, es más, al final, se pueden crear situaciones peligrosas ante la incertidumbre que genera este cruce de Mataró pese a ocupar muy espacio.
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Graduada en Periodismo por la Universidad de Zaragoza, su primer contacto con el mundo del motor fue en los mundiales de MotoGP y Superbikes. Dio el salto al periodismo de motor hace cinco años y, desde entonces, sigue todo lo que tenga ruedas, especialmente si es made in Italy.