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Las matrículas de coche siempre han sido un elemento funcional, casi invisible. Pero en algunos rincones del mundo, están empezando a convertirse en una forma de expresión personal.
Según un estudio que ha llevado a cabo la empresa de datos de vehículos carVertical, los emojis (esas pequeñas imágenes que se usan a diario en los mensajes) también tienen cabida en las matrículas de vehículos, añadiendo un toque de humor, identidad o estilo a algo que hasta ahora era puramente burocrático.
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El estado australiano de Queensland fue pionero en esta idea: desde 2019 permite a los conductores personalizar sus matrículas con uno de los cinco emojis permitidos como caritas sonrientes, corazones o gafas de sol.
Estas placas combinan letras, números y un pequeño símbolo gráfico, y aunque su precio no es precisamente bajo, han tenido buena acogida entre los conductores que buscan destacar. En Estados Unidos, Vermont ha estudiado implementar algo similar, aunque aún no se ha hecho realidad todavía.
Más allá de lo estético, estas matrículas plantean preguntas interesantes: ¿cómo afectan a la legibilidad? ¿Pueden generar confusión en sistemas automáticos de lectura? Por ahora, los emojis se usan como complemento visual y no sustituyen ningún dato oficial, pero su presencia marca un cambio en la forma en que se entiende la identidad del vehículo.
Aunque en Europa esta tendencia aún no ha llegado, el informe de carVertical sugiere que la personalización de matrículas (incluyendo emojis) podría ser una forma de conectar mejor con los conductores más jóvenes y con una cultura cada vez más visual. ¿Será el futuro de las matrículas algo más parecido a una biografía de Instagram?
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