Si tenemos que decir el modelo más ‘bestia’ que se ha presentado en el mercado de la automoción en los últimos años, casi con toda probabilidad elegiríamos el Mercedes AMG 6×6. La marca alemana creó un mastodonte, una bestia que es puro músculo y presencia. Pero, como ocurre siempre, hay a quien no le parecía suficiente: Mansory.
El preparador parece empeñado en llevar las cosas al límite y, por difícil que parezca, lo ha conseguido. Junto al llamativo tono amarillo de la pintura de la carrocería hay añadidos estéticos como la parrilla específica y un tratamiento intensivo de fibra de carbono para los pasos de rueda, el soporte de las luces del techo, las carcasas de los retrovisores e incluso los tiradores de las puertas.
Sin embargo todo eso son minucias: hay que hablar del motor. El AMG 6×6 monta de serie un bloque V8 5.5 biturbo de 544 CV y 760 Nm de par, pero Mansory lo ha cogido y le ha instalado gran cantidad de componentes nuevos preparadoras para competición. Hablamos de nuevas bielas, culata, cigüeñal, pistones, etc… y el resultado es un aumento de sus guarismos hasta los 828 CV y un par máximo de 1.000 Nm.
No ha facilitado datos de prestaciones, pero tiene que ser impactante ver al Gronos funcionando a pleno rendimiento.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.