El Mercedes Clase B ha sido uno de los primeros modelos en presentarse en el Salón de París 2018. El alemán evoluciona su concepto para luchar en el deslustrado segmento de los monovolúmenes compactos y hacerse fuerte respecto a rivales como el BMW Serie 2 Active Tourer.
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Su imagen adopta el lenguaje de diseño de la familia a un formato que busca priorizar el espacio y la versatilidad, sin por ello descuidar aspectos como una aerodinámica conseguida que, según la propia Mercedes, es la mejor de su segmento. Entre los detalles más llamativos están las llantas de 16 a 19 pulgadas de diámetro, los faros LED o la presencia de un pequeño alerón.
Lo importante, no obstante, está en el interior. El Mercedes Clase B hace gala del tecnológico sistema MBUX con pantalla dual para cuadro de instrumentos y consola central que ya estrenó el Mercedes Clase A, pero ofrece una postura de conducción más alta (+90 mm) que mejora la visibilidad, así como un habitáculo mucho más amplio. Los 30 mm extra de distancia entre ejes mejoran el espacio para las plazas traseras y el maletero aumenta su capacidad, que oscila entre los 455 y los 705 litros en posición normal y crece a 1.540 si se pliega la banqueta trasera (en proporción 40:20:40).
En un primer momento el Mercedes Clase B estará disponible con cinco motores, la mayoría de ellos diésel. Estos son el 1.5 de 116 CV que será el de acceso y dos variantes del 2.0 con 150 y 190 CV. A ellos se suman dos gasolina, los 1.3 de 136 y 163 CV.
Sus ventas comenzarán el próximo 3 de diciembre, por lo que probablemente Mercedes detallará pronto sus niveles de equipamiento y precios.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.