La marca alemana Messerschmitt ha encargado resucitar el icónico triciclo denominado Kabinenroller, creado hace más de 50 años, a un grupo de ingenieros alemanes afincados en Nerja (Málaga).
Relacionada con el mundo de la aviación, Messerschmitt fabricó aviones de combate muy famosos. Entre ellos y de forma especial, el ME 262, ya que fue el primer caza a reacción del mundo que entró en servicio. Lo hizo en 1944, durante la Segunda Guerra Mundial.
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Terminada la contienda, el Gobierno alemán prohibió a esta marca construir más aviones, así que comenzó a fabricar un coche burbuja o Kabinenroller. La compañía desarrolló los modelos KR 175 y KR 200 en los años cincuenta.
El primero salió de la línea de montaje del fabricante en Ratisbona (Alemania) durante tres años. Y de 1955 a 1964 se fabricó el modelo sucesor KR 200.
Ahora, llega un vehículo a medio camino entre un escúter de tres ruedas y un coche, que pretende, sobre todo, esbozar la sonrisa de quien lo conduzca. No lo hará por su precio, ya que rondará los 15.000 euros.
Mecánicas de gasolina y eléctrica
Bajo el nombre KR-202 Sport, llegará la versión de gasolina. Cuenta con un motor de 125cc y 7,2 CV con transmisión automática. Alcanza una velocidad de 90 km/h y su depósito de seis litros le permite una autonomía de 160 kilómetros.
La versión eléctrica se denomina KR-E5000 y pesa 195 kilos. Está propulsado por un motor eléctrico con una potencia de 5 kW (6,8 CV), que le permite alcanzar una velocidad máxima de 90 km/h.
La batería, de 1,4 kWh de capacidad, le debería otorgar un alcance máximo de al menos 80 kilómetros, aunque se ofrece una segunda batería como opción que le permitiría 160 kilómetros. El proceso de carga lleva de cuatro a seis horas en un enchufe doméstico.
Estética retro
La nueva edición es muy similar a la original: el KR-E5000, con 2,85 metros de largo, también tiene dos ruedas en la parte delantera y una en la parte trasera, y dos pasajeros pueden sentarse uno detrás del otro.
Lleva llantas de 10 pulgadas y está construido a base de aluminio y plástico reforzado con fibra de vidrio. Su interior es bastante angosto, pero cuenta con asientos ajustables e incluso un puerto USB en la guantera.
En mayo se entregarán las primeras unidades en Alemania y, allí, sus precios serán de 10.950 euros para la versión de combustión y de 12.950 euros para la eléctrica. Pero a las dos hay que sumarles impuestos y 690 euros de gastos de transporte (desde Málaga).
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