A partir de este año, hay ciertos colores para la carrocería del coche y ciertos acabados que no van a poder formar parte de los catálogos de las marcas. La Unión Europea ya prohibió hace tiempo el uso de algunos componentes químicos en la industria del automóvil para defender la salud de los trabajadores y, ahora, esas prohibiciones se endurecen.
Los acabados cromados y, por tanto, las pinturas cromadas que se pueden usar en la carrocería ya no se podrán fabricar. La razón es que el uso de este material en los procesos productivos es perjudicial para la salud de los trabajadores y se ha demostrado que puede provocar graves enfermedades.
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El uso del cromo y su variante hexavalente está prohibido por la Unión Europea desde hace años. En la directiva europea de 2000 sobre vehículos al final de su vida útil ya se avisaba de tomar medidas preventivas para proteger a los trabajadores si usaran ciertos elementos químicos en la producción automovilística. En concreto, se hablaba de la necesidad de prohibir el uso de plomo, mercurio, cadmio y cromo hexavalente.
El cromo está prohibido desde 2003
De hecho, los Estados miembros ya debían garantizar que los materiales y componentes de los vehículos comercializados después del 1 de julio de 2003 no contuvieran plomo, mercurio, cadmio ni cromo hexavalente. No obstante, se especificaban excepciones a esta prohibición en los anexos finales, donde se recogían ciertos casos en los que sí era posible seguir utilizando cromo hexavalente.
Por ejemplo, se permitía este material como revestimiento antioxidante de muchos componentes esenciales del vehículo, si la cantidad de cromo era menor de dos gramos. Esto permitía el uso de pinturas cromadas, sobre todo en vehículos exclusivos y piezas por encargo.
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Lo que ha sucedido ahora, y que ha sacudido al sector automovilístico, es que una nueva norma publicada en 2023 ha revisado estas excepciones, restringiendo aún más los escenarios planteados. Según lo especificado en el nuevo texto, las exenciones de la antigua directiva se revisarían este año, por lo que es de esperar que la decisión en firme al respecto llegue a lo largo de este 2024.
El nuevo anexo de excepciones solo permite usar cromo hexavalente en los revestimientos antioxidantes de los recambios que hayan salido al mercado antes del 1 de julio de 2007. Por otro lado, el cromo como protector de los sistemas de refrigeración solo puede estar presente en vehículos homologados antes del 1 de enero de 2020 y antes del 1 enero de 2026, dependiendo del diseño de estas piezas según las condiciones de funcionamiento que soporten.
Una base de datos de sustancias tóxicas
Además de estos cambios, la Unión Europea creó en 2007 el reglamento REACH, una base de datos sobre todas las sustancias químicas susceptibles de restricciones en su uso industrial. Parte de la función de este reglamento era restringir o prohibir determinados usos de las sustancias que supusieran “un riesgo inaceptable para la salud humana y el medio ambiente”.
Ya en este listado aparecía el cromo. La Unión Europea dio un margen de siete años a los fabricantes europeos, no solo de automóviles, para encontrar sustitutos al cromo hexavalente. Obviamente, esta medida no afectaba directamente a la industria automovilística, pero sí, por ejemplo, a los productores de pintura con alta presencia de cromo.
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