Tras el lanzamiento de la octava generación del Volkswagen Golf su oferta crece poco a poco. Ahora es el turno de uno de los acabados más representativos en la marca alemana, el R-Line, que otorga una mayor deportividad a los modelos que lo reciben.
En el caso del nuevo Golf, esta propuesta tan atractiva se encuentra disponible únicamente, por el momento, para la motorización de gasolina 1.0 TSI de 110 CV y para la diésel TDI 2.0 de 115 CV. El primero está disponible desde 24.750 euros, mientras que la tarifa del segundo (dependiendo de colores y opciones) arranca en 28.060 euros.
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Sin novedades en cuanto a las mecánicas, al tratarse de un nivel de acabado añadido a la gama, lo realmente significativo de los R-Line es su aportación en cuanto a detalles diferenciadores. En el exterior destaca una parrilla delantera sobredimensionada, acompañada de una fina línea de iluminación LED que une los dos grupos ópticos y que identifica claramente esta versión.
El equipamiento de los VW R-Line es muy completo, situándose en los niveles superiores de la oferta del nuevo Golf. Tomando como base el ya conocido Style, añade detalles que inciden en la deportividad, como los apoyacabezas integrados en los asientos, el volante multifunción de cuero, los pedales de acero o las inserciones decorativas en el panel de instrumentos. Mención especial merece un tren de rodaje con una puesta a punta específica, ideada para realzar el dinamismo del vehículo.
Para quienes siempre buscan ir un paso más allá, el acabado R-Line ofrece la posibilidad de completarse con elementos opcionales de enorme valor añadido. Es el caso de un paquete denominado Vision que incluye faros inteligentes LED Matrix con funcionamiento dinámico, así como el paquete Confort para los amantes del mejor audio, con un sistema de sonido Harman Kardon de 480 vatios y nueve altavoces. Este último ofrece como complemento el cierre y arranque sin llave.
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