Desde su nacimiento, el Volkswagen Golf ha ido acompañado de una variante deportiva y aquí está la octava generación. Vuelve el Golf GTI. Y ahora, como en los últimos años, llega rodeada de la versión diésel (GTD) y de otra de naturaleza híbrida enchufable (GTE). Y en Volkswagen han optado por una fórmula bastante sencilla: crear un modelo claramente más deportivo que el Golf base, para luego retocarlo con detalles que lo distinguen y dejan clara su naturaleza.
En el frontal llaman la atención la tira de LED que une ambos grupos ópticos, coronada por línea de color encima, roja para el Golf GTI, gris para el GTD y azul para el GTD; y el paragolpes, con una enorme entrada de aire que ocupa todo el ancho, tiene una trama octogonal y en los laterales acoge los faros antiniebla, con forma de X.
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Las llantas son de 17 pulgadas, aunque se puede optar por otras de 18 e incluso de 19; los faldones se extienden con un añadido negro, tono que se repite en los marcos de las ventanillas. En la zaga luce un alerón superior y un difusor con dos salidas de escape en el caso del Golf GTI, con una doble en el lado izquierdo para el GTD y sin ellas en el GTE.
En el habitáculo se mantiene la característica tapicería a cuadros que siempre ha lucido esta variante del Golf, pero el nuevo estampado recibe el nombre de Scalepaper. De nuevo, el color de las costuras (así como el del embellecedor del volante de tres radios) varía en función de la versión: rojo para el GTI, gris para el GTD y azul para el GTE.
Lo que sí comparten los tres modelos es el sistema de iluminación ambiental LED configurable en 30 tonos, los pedales de acero inoxidable y el ‘Innovision Cockpit’, que combina el cuadro de instrumentos Digital Cockpit de 10,25 pulgadas y el sistema de navegación con pantalla de 10.
El Golf GTI monta un motor gasolina 2.0 turbo de 245 CV y 370 Nm combinado con una caja de cambios manual de seis marchas, aunque opcionalmente se puede asociar a una automática DSG de doble embrague y siete velocidades. El Golf GTD emplea un 2.0 TDI tetracilíndrico de 200 CV y 400 Nm, disponible exclusivamente con la transmisión automática. El Golf GTE combina un motor 1.4 de 150 CV con uno eléctrico de 85 kW para entregar 245 CV y 400 Nm, usa una caja DSG de seis marchas y puede recorrer hasta 60 kilómetros en modo eléctrico.
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