Las marcas de coches ya no hacen anuncios como aquel de un Renault 5 que enfocaba casi exclusivamente el culo de una mujer, pero algunos vídeos comerciales, todavía en estos tiempos, atentan contra el buen gusto y deslizan actitudes machistas. O inducen a la conducción temeraria o excesivamente despreocupada. Así lo consideran especialmente en el Reino Unido, donde el organismo que vigila la corrección publicitaria (la ‘Advertising Standards Agency’) ha prohibido más de una cuña televisiva por esas razones.
En España se ocupa de estos asuntos Autocontrol, entidad integrada por anunciantes, agencias de publicidad, medios de comunicación y asociaciones profesionales. Casi 550 miembros que autorregulan el sector y trabajan “por una publicidad responsable: veraz, legal, honesta y leal”.
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Autocontrol examina más de 30.000 anuncios anuales antes de su difusión. A posteriori, cuando un consumidor particular o una empresa presenta una reclamación sobre una campaña, el Jurado de la Publicidad (un órgano extrajudicial de resolución de conflictos) emite una resolución o dictamen sobre si dicho anuncio se ajusta o no a las distintas normativas sobre publicidad que puedan resultar de aplicación. En España no hay muchos casos relacionados con los coches, salvo algunos sospechosos de publicidad engañosa. Sí ocurre en Reino Unido o Australia y estos son algunos ejemplos.
Volkswagen e-Golf (2019)
La Advertising Standards Authority (ASA) considera que la escena final del anuncio (apenas siete segundos) “perpetúa estereotipos de género dañinos”. En el medio minuto que duran las imágenes, con el lema “Podemos lograr cualquier cosa”, se ven tres momentos significativos protagonizados por hombres: dos escaladores durmiendo en una pared, un astronauta en el espacio y un saltador de longitud con una pierna ortopédica. Como cierre, aparece una mujer leyendo en un banco con un cochecito de bebé a su lado. El objetivo del comercial es mostrar la capacidad de adaptación del ser humano, pero, según la ASA, el camino elegido es inadecuado. “Reconocemos que convertirse en padre es una experiencia que cambia la vida y requiere una adaptación significativa, pero cuidar a los niños era un papel estereotipadamente asociado con las mujeres”, justifica la organización.
Volkswagen Polo (2018)
Un anuncio prohibido en el Reino Unido que, sin embargo, en España se emitió sin problemas. Un padre sube al coche con su hijo, conductor novel, y este empieza a circular demostrando una notable impericia al volante. Sin embargo, las ayudas tecnológicas del modelo evitan varios accidentes. La ASA consideró que de esta forma podría fomentarse una conducción desatenta y un exceso de confianza en los sistemas automáticos.
Ford Ranger Raptor (2018)
También en Australia vigilan con atención los anuncios en televisión. Según la Ad Standards Australia, esta publicidad del Ford Ranger Raptor, que salta y derrapa sobre una pista de tierra a gran velocidad, mostraba una conducción “peligrosa, destructiva e imprudente”. Las imágenes dejaron de emitirse.
Volkswagen Amarok (2018)
Volkswagen quiso moverse en el delicado límite entre la ironía y la crítica y no le salió bien. El anuncio enseña todo el poderío del Amarok y a la vez lanza un dardo contra las restrictivas leyes de protección publicitaria australianas. Las imágenes arrancan con un plano cenital del pick-up en el desierto y un mensaje: “Legalmente, esto es todo lo que podemos mostrarte”. Después enseñan el propio rodaje del vídeo y todos los planos que supuestamente no se podrían emitir, con mensajes como “escena borrada” o “violación del código”: el coche avanzando entre rocas que caen por una ladera, el vehículo adelantando a dos camiones a la vez, moviéndose entre explosiones… Visto el anuncio, la Ad Standards Australia dio su veredicto: “Publicidad irresponsable”.
Ford Mustang (2018)
Varias personas protestaron cuando vieron el anuncio del Ford Mustang en la televisión británica y la ASA reaccionó prohibiéndolo. El vídeo mostraba varias situaciones rutinarias y desesperantes (un día en la oficina) y las intercalaba con escenas de un llamativo Mustang naranja en movimiento. La marca arguyó que simplemente querían “contrastar las frustraciones cotidianas con la libertad de conducir el nuevo Ford Mustang”, pero no sirvió.
BMW i3 (2017)
La Advertising Standards Agency (ASA) consideró en 2016 que esta publicidad del BMW i3 podía incitar la conducción temeraria y, en particular, la organización de carreras en la calle. En las imágenes se ve cómo el modelo alemán llega a un semáforo en el que brama un Dodge Charger. Cuando la luz se pone en verde, el eléctrico i3 acelera velozmente (de 0 a 100 km/h en 6,9 segundos) dejando atrás al clásico.
Audi R8 (2016)
De nuevo en el Reino Unido no gustó nada un anuncio (al margen de otras valoraciones) muy original. Un ojo, una pupila que se dilata y el reflejo de un túnel, combinados con el sonido de un potente motor V10, incomodaron a los responsables de la ASA cuando vieron la publicidad del Audi R8. Argumentaron que las imágenes inducían a la conducción irresponsable.
Sistema xDrive de BMW (2016)
Coches sobre asfalto mojado, sobre pistas de tierra y de nieve o en caminos de barro, modelos circulando a una velocidad elevada en escenarios aparentemente incómodos para cualquier conductor, lugares en los que el sistema de tracción total xDrive muestra toda su capacidad. Eso quería transmitir BMW con este anuncio, pero la ASA creyó que lo que hacía era animar a la conducción temeraria.
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Periodista especializado en seguridad vial. Editor y redactor de El Motor desde 2016. Empezó a escribir de fútbol en 1998 en Diario 16 y ha trabajado en varios proyectos de Prisa Media desde 2000. Licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra, es autor de ‘Aquí no se rinde ni Dios’ (2020).