Que somos fans del Nissan GT-R hace tiempo que quedó claro: es el mejor deportivo actual en cuanto a relación precio/potencia, tiene una estética brutal y sigue una estirpe icónica como la del Skyline.
Por eso quizá deberíamos ser más críticos cuando alguien le echa el guante para realizar una preparación. Hasta hoy no nos hemos quejado, uno de los mejores trabajos fue el de Alpha Omega, que llevó a Godzilla hasta los 2.000 CV, pero ahora ADV ha realizado una arriesgada propuesta estética.
El preparador ha apostado por combinar el color oro con la fibra de carbono vista. Por norma general puede quedar algo “macarra”, pero lo cierto es que al GT-R no le queda mal. Tanto el paragolpes delantero como los pasos de rueda delanteros, los bajos y el alerón son de carbono, mientras que el resto de la carrocería luce el dorado.
Pero el binomio no se queda ahí, si no que se repite en todo tipo de detalles como los grupos ópticos delanteros o el habitáculo. En éste la fibRa da forma a la columna central, las inserciones de las puertas, a una parte del volante y, lo que resulta más curioso, a los asientos traseros. Éstos, que ya de por si son bastante incómodos (sobre todo si mides más de metro setenta), ahora tienen que ser un suplicio para espalda y glúteos.
Tratándose de ADV no podían faltar las llantas marca de la casa, unas ADV1 de 21 pulgadas, que tienen una anchura de 10,5 pulgadas en el eje delantero y 12,5 en el trasero.
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