Empiezan a revelarse novedades interesantes para el Salón del Automóvil de Frankfurt y Peugeot, como viene siendo costumbre últimamente, presenta un prototipo que va a atraer todas las miradas: el Fractal.
Tras este nombre se esconde un concept de un cupe urbano (aunque también es cabrio, el techo se desmonta) eléctrico que, sin que vaya a derivar directamente en un modelo de serie, el fabricante ha utilizado como banco de pruebas para varias tecnologías.
Empezando por lo terrenal, estamos ante un modelo de 3.810 mm de longitud y 1.770 mm e ancho, que marca sobre la básculo un peso de solo 1.000 kg. No hemos mencionado la altura, y eso se debe a que es variable. El espacio libre al suelo se modifica según la situación, quedándose en solo 70 mm en autopista (para aprovechar la aerodinámica) y aumentando hasta 110 mm en zonas urbanas. Otro aspecto interesante es que, para mejorar su maniobrabilidad, sus cuatro ruedas son direccionales.
Estéticamente es una delicia. Sigue las líneas de prototipos previos de la marca, como el Quartz, con ángulos afilados y aristas por todas partes, unos faros con LED muy finos, pasos de rueda muy musculados y, como ya es tradición (véase el Onyx), una carrocería bitono.
Volviendo la vista al interior, encontramos un habitáculo 2+2 futurista en el que la combinación blanco y negro se ve aderezada con un llamativo listón en bronce. Llama la atención que, según Peugeot, el 80% de las piezas están hechas por impresión 3D. Además, estamos ante la evolución del i-Cockpit, con HUD holográfico que hace las funciones de cuadro de instrumentos y con dos pequeñas pantallas táctiles en el volante que sustituyen la botonería habitual.
En el plano puramente mecánico, se mueve gracias a dos motores eléctricos de 102 CV, uno en cada eje, que desarrollan una potencia conjunta de 204 CV y se alimentan de una batería de ión-litio de 30 kWh. Su aceleración 0-100 es de 6,8 segundos, hace el primer kilómetro en 28,8 segundos y tiene una autonomía de 450 km.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.