No todos los futbolistas lo hacen, pero sí es común que los más conocidos gasten parte de sus grandes salarios en coches de lujo y superdeportivos. David Beckham, quien fuera uno de ‘Los Galácticos’ del Real Madrid, nunca ha presumido en exceso de bólidos, aunque hoy por hoy es embajador de Maserati.
Sin embargo, lo que le atañe ahora es la historia que tiene que ver con uno de sus primeros coches de postín, un Ferrari 360 Spider que adquirió en 2001.
Ahora se encuentra a la venta en el concesionario británico Mugello Cars, pero la realidad es que tras más de un año allí, todavía no ha encontrado comprador y no parece haber un motivo que explique la situación.
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En el mundillo de la compraventa de coches usados de nivel, hay ciertos aspectos que se valoran de manera positiva, como la exclusividad, el estado de conservación, el kilometraje o si el vehículo en cuestión ha tenido algún dueño previo que sea famoso o conocido.
Este Ferrari, salvo el primero (no es el modelo más limitado de la casa italiana), cumple el resto de condicionantes para ser un automóvil a valorar por los coleccionistas, pero aún así no consigue venderse.
El coche de Beckham
El 360 Spider es un ejemplar de 2001, que luce una carrocería en Nero Daytona con la que contrasta el interior en cuero marrón. Además, cuenta con toda una serie de extras opcionales que le dan valor adicional, como son las llantas BBS Challenge de 18 pulgadas, los asientos deportivos de fibra de carbono o la caja de cambios al estilo de la F1, por poner algunos ejemplos.
Su estado de conservación parece impoluto, sin defectos en el exterior y con un interior que apenas muestra signos de uso o desgaste. Esto en parte se debe a que apenas se ha utilizado, pues registra únicamente 7.970 millas, es decir, poco más de 12.800 kilómetros.
Podría pensarse, entonces, que no se vende porque se pide un precio muy alto por él, pero lo cierto es que la tarifa se encuentra dentro de la media que ha habido en ventas recientes para otros ejemplares del modelo en un estado similar. Piden por él 99.500 libras esterlinas, lo que al cambio suponen unos 118.000 euros.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.