En España, es posible cambiar las dos matrículas de un coche por 15 euros, de media: tan sólo hay que echar un vistazo a las empresas que ofrecen estos duplicados en diferentes materiales (acrílico o aluminio). Con este dato, es inevitable que surja la pregunta: ¿por qué una placa puede llegar a costar más que un exclusivo coche?
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En una subasta organizada por Lloyds, alguien pagó por una matrícula 11.505.000 dólares australianos (6,99 millones de euros, según el cambio actual) más una prima del 7,5%. Un Pagani Huayra Codalunga, por ejemplo, cuesta siete millones y un Bugatti Mistral se queda en cinco: es el último modelo con el icónico motor W16.
¿De qué matrícula se trata? De la NSW 1, la más cara de Australia. A pesar de la cifra, el récord mundial lo sigue teniendo la placa 1 de Emiratos Árabes Unidos: en 2008, se vendió por 18,88 millones de euros.

¿Qué tiene de especial?
No había sido puesta a la venta públicamente en más de un siglo y no había sido vista desde los años ochenta. NSW son las siglas de New South Wales, es decir, el estado de Nueva Gales del Sur.
La placa fue emitida para el primer Departamento de la Policía de Nueva Gales del Sur y fue adquirida por Sir Frederick Stewart en los años 30. Era el fundador de Australian National Airways, la principal aerolínea entre 1930 y 1950, que hizo su fortuna en el mundo ferroviario y en el de transporte de pasajeros por carretera.
Sir Frederick Stewart falleció en 1961 y la matrícula la heredó su mujer: Lady Majorie Stewart. En aquel momento pertenecía al Oldsmobile de su marido, pero decidió transferirla a su Ford Fairmont Ghia LTD de 1981. Cuentan que rechazó una oferta de 460.000 euros actuales en 1988.
Lady Majorie Stewart murió en el año 2000 y desde entonces, los compradores estuvieron esperando su momento: muchos dieron por hecho que la venta no tardaría en producirse, pero no fue así. La matrícula permaneció en la familia Stewart otros 24 años más.
Cuando la placa NSW 1 estuvo disponible, las ofertas no tardaron en llegar… y en crecer. Los fanáticos de la personalización querían volver a ver la matrícula en un coche en movimiento al precio que fuera. Y ha sido el más alto en la historia de Australia.
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