Emil Skoda nació en la ciudad de Pilsen (República Checa) en el año 1839. Después de estudiar ingeniería en las universidades de Praga, Stuttgart y Magdeburgo, completó su formación en varios países hasta llegar hasta el puesto de director en la fábrica de maquinaria Ernst Graf Waldstein-Wartenberg, de Pilsen.
Pero Skoda, que entonces cumplía 29 años, tenía mayores ambiciones y a finales de los años sesenta del siglo XIX compró su propio taller industrial con una plantilla de 33 trabajadores. Demostró desde sus inicios una gran visión empresarial, y dos décadas más tarde nació Skoda Works, una gran fábrica con 4.000 empleados.
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La factoría empezó a suministrar maquinaria diversa para diferentes sectores, como el azucarero, destilerías cerveceras, explotaciones agrícolas.
Al iniciarse la I Guerra Mundial, Skoda fabricó piezas de artillería, locomotoras y motores de avión. Para entonces, Karl, hijo del fundador, había tomado las riendas del negocio, ya que Emil falleció repentinamente en 1900 en un viaje en tren.
Skoda y los coches
La actividad automovilística no llegó a Skoda hasta 1919. Ante la revolución del automóvil en Europa y América, la marca empezó a adquirir licencias de fabricación para diversificar el negocio. Esta actividad la hizo despegar definitivamente en 1925, cuando Skoda Works se hizo con la prestigiosa marca Laurin&Klement. Era la más importante del Imperio austrohúngaro y se dedicaba a la producción de bicicletas (bajo la marca Slavia), motos y coches.
Durante los años treinta del pasado siglo, Skoda asombró al mundo con una gama de automóviles diferentes al resto. Destacaban tanto por sus aerodinámicos diseños de estilo modernista como por la incorporación de avanzadas soluciones técnicas. Y los deportivos tampoco faltaron, abriendo una larga tradición en las carreras con numerosas victorias en el Rally de Montecarlo.
Los coches soviéticos de Skoda
Pero todos los planes de negocio previstos por la marca se truncarían con el estallido de la II Guerra Mundial. Checoslovaquia fue ocupada por el Ejército alemán y Skoda fue obligada a trabajar para el invasor, fabricando material de guerra y vehículos militares.
La posguerra tampoco permitió continuar con el pujante desarrollo iniciado por la marca, ya que el Estado decidió nacionalizar todas las empresas del país centroeuropeo. Las autoridades de Checoslovaquia tomaron el control de Skoda durante 45 años y destinaron sus fábricas a la producción de coches populares para consumo interno del bloque soviético.
Entonces nacieron modelos como los 1101, 1102 y, ya en los años cincuenta del siglo XX, las berlinas 1200, Octavia y Felicia.
En 1970 la marca celebró la producción de 500.000 coches con motor trasero. Una característica distintiva hasta ese momento de los Skoda, pero que ya comenzaba a resultar obsoleta frente a los modernos automóviles de tracción delantera, más seguros y eficaces. Para remediarlo, lanzó en 1988 el compacto Favorit con motor delantero, pero a costa de un gran esfuerzo económico que puso en peligro la empresa.
Skoda y Volkswagen
La salvación para la marca llegaría en 1991, cuando fue adquirida por el grupo Volkswagen. La compañía alemana inyectó en Skoda no solo la financiación necesaria para sobrevivir ante la creciente competencia, sino también un empuje tecnológico decisivo.
En 2017 Skoda batió todos sus récords comerciales, con más de 1.200.000 coches matriculados en todo el mundo. Y el año pasado fue la berlina Octavia su modelo más demandado a nivel global, al sumar unas ventas totales de 200.800 unidades.
Siete logotipos en 127 años
En cuanto al significado de su logotipo, a lo largo de su historia Skoda ha pasado por siete diseños diferentes para identificar sus coches. El primer y patriótico emblema de Slavia (la originaria fábrica de bicicletas de 1895) consistía en una rueda decorada con hojas que representaban a las diferentes naciones eslavas. Muy diferente del actual diseño con una flecha alada que, según manifiestan sus creadores, hace tabla rasa del pasado y reinventa la marca para el futuro.
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Cuatro décadas informando sobre el mundo del motor y probando coches de todas las categorías. Después de trabajar en diversos medios especializados (Velocidad, Auto1, Solo Auto, Motor 16, Car and Driver, EcoMotor...), ahora en Prisa Media para seguir cubriendo la actualidad en plena revolución tecnológica del automóvil.