La gran evolución de los logotipos de las marcas de coches

La marca española empezó a fabricar el Seat 1400 en 1953 con un logotipo alado. La simplificación fue paulatina hasta llegar a la minimalista 'S' actual.

Una de las enseñas que menos se ha transformado con el correr de los años. Siempre han estado presentes la 'V' de volk ('pueblo') y la 'W' de wagen ('coche').

Con el protagonismo inequívoco del león, la marca francesa ha ido alejándose de los trazos propios de la heráldica para adquirir un aspecto mucho más moderno en su última renovación.

Una de las transformaciones más llamativas entre las marcas generalistas. Los dos primeros logotipos recuerdan a los carruajes más que a los coches y en el tercero aparece un tanque. En 1925 aparece el característico rombo.

El aro con el rayo no varía demasiado desde 1962, pero antes la firma alemana contó con logotipos variopintos, algunos incluso con tintes helénicos.

Los responsables de diseño de la marca japonesa no se complicaron demasiado hasta 1989. La enseña, con forma aparente de 'T', está formada por tres elipses. Las dos interiores representan el corazón de la marca y el de los clientes; la exterior hace referencia a los valores infinitos de Toyota, según la marca: calidad, alegría por conducir, innovación, seguridad...

La doble 'v' invertida de Citroën, inconfundible desde 1919, es en realidad un doble chevrón que representa un tipo de engranaje utilizado por André Citroën cuando se dedicaba a fabricar engranajes de acero. La gran rareza es el cisne de 1932.

La evolución del logotipo vive un antes y un después en 1992. La 'H' adoptada entonces, además de la inicial de la marca, representa a dos personas cerrando un trato.

Una de las marcas con más solera del mundo de la automoción se mantiene muy fiel a su imagen. Desde 1927, el óvalo, el azul del fondo y el tipo de letra se mantienen casi invariables.