Aunque es un modelo que nació en 2015, la historia del Rolls-Royce Dawn comienza muchísimo antes. Entre 1950 y 1954, la marca británica fabricó solo 28 ejemplares del cupé descapotable Silver Dawn. Ese apellido Dawn —que en inglés significa amanecer— lleva implícitas las connotaciones de nuevos comienzos, oportunidades y unas vistas gloriosas.
Por eso, en los despachos donde se toman las decisiones del fabricante, el nombre Dawn se aprobó por unanimidad como el candidato perfecto para una reencarnación en el siglo XXI. Al fin, en 2015, Rolls-Royce lanza el moderno Dawn. Un modelo que, a pesar de las apariencias, no estaba basado en el cupé fastback que tres años antes había llegado al mercado, el Wraith.
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La ‘dolce vita’ moderna
El viejo Rolls-Royce Silver Dawn encarnaba a la perfección el espíritu de su época, inmortalizado en la expresión la ‘dolce vita’ (la vida dulce). Un recordatorio para saborear cada momento y vivir plenamente el presente. El nuevo modelo debía seguir este principio y además, atraer a un público joven que ya había empezado a interesarse por la marca.
Tras el éxito del Phantom VII en todas sus variantes, una base de clientes cada vez más joven se sintió atraída por la marca Rolls-Royce. Estos nuevos consumidores de superlujo requerían un automóvil que, al igual que los primeros modelos de la marca, capturara la elegancia del automovilismo de gran lujo pero con los gustos y el estilo de vida contemporáneo. El nuevo Dawn convertible iba a colmar todos esos deseos.
Alta costura automovilística
El Rolls-Royce Dawn se inspiró en la moda de los años cincuenta y sesenta, que evocaba la elegancia y eliminaba las líneas y texturas superfluas. A su vez, la carrocería flexible y fluida envuelve a sus ocupantes como si se levantara el cuello de un abrigo, brindando a los que están dentro una experiencia acogedora.
De hecho, en el Dawn, un 80% de sus paneles eran completamente únicos. Además, empleaba una mezcla exclusiva de materiales, que incluía tela, cachemira y compuestos acústicos de alto rendimiento. Esto lo transformó en el convertible más silencioso del mundo.
Propulsor con el sello de la marca
El Dawn que ahora se despide del catálogo de la firma británica comenzó montando un motor con la clásica arquitectura de Rolls-Royce: V12 biturbo de 6,6 litros que entregaba 565 CV. En 2017, la marca lanzó la variante Black Badge, que incorporaba un sistema de escape completamente nuevo y algunos ajustes internos en el bloque para generar 30 CV adicionales y aumentar el par motor a 840 Nm.
El cese de la producción del Dawn marca “el final de una era gloriosa y glamurosa”, según el comunicado oficial, pero deja huérfanos a los clientes que buscan una alternativa descapotable en el catálogo de Rolls-Royce. No se descarta, en todo caso, que la marca prepare una variante convertible del Spectre eléctrico.
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Entusiasta del motor en toda su magnitud, preferiblemente los V12. Le dijeron que cuatro ruedas eran mejor que dos, por eso se compró otra moto. Claro que también le apasiona cuando van las cuatro juntas. Ha trabajado como creativo publicitario para muchas marcas de coches y motos e hizo la mili en esto de juntar letras en la editorial Luike.