Da igual que no tengan nada que ver, que uno tenga cuatro ruedas y la otra dos, que se trate de un coche y una moto: ambos son auténtica bestias y, como excusa, son de la misma familia (Audi compró Ducati hace ya un tiempo). Así que no hace falta mucho más para coger al RS6 y a la 1199 Panigale R y ponerlos a prueba tanto en carrera de aceleración como en circuito.
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