Ya sabemos que Adolf Hitler, pese a no tener carné de conducir, sí que disfrutó de algunos de los mejores coches de su época. Uno de los más destacados, si no es que más, fue el Mercedes 770K Grosser Open Tourer, que fue el preferido del Führer, y se hizo tan popular en la Alemana nazi que era conocido popularmente Die Grosser Mercedes (‘el gran Mercedes’). Ahora, este coche de tan alto valor histórico, va a ser subastado.
Lo hará Worldwide Auctioneers en el evento que celebrará en Scottsdale el próximo día 17 de enero y, aunque la casa no anticipa a cuánto ascenderá la puja ganadora, ya ha declarado que el 10% de lo recaudado irá destinado a la educación sobre la lacra del Holocausto ya que “aquellos que no conocen la historia están condenados a repetirla”.
Una auténtica obra maestra de ingeniería para la época, en su día fue el automóvil alemán más caro fabricado. De considerables dimensiones (la batalla es de 3.880 mm), empleaba un chasis multitubular y estaba movido por un gigantesco motor 7.7 de ocho cilindros en línea que contaba con la peculiaridad de funcionar con aspiración natural o con un compresor, entregando una potencia de 155 y 230 CV en cada caso.
Era capaz de llegar hasta los 160 km/h, aunque era un modelo todo menos eficiente, con consumos de unos 60 l/100 km, motivo por el que se limitó su velocidad máxima a 80 km/h. De esta manera se alargaba su autonomía, ya que el depósito de combustible era de 300 litros.
Lógicamente, este Mercedes 770K Grosser Open Tourer, al ser el coche de Hitler, estaba blindado para protegerle en la medida de lo posible, ya que se trataba de un descapotable. A pesar del punto flaco que suponía el techo abierto, tanto los cristales como los paneles de la carrocería contaban con protección balística como para resistir munición de 30mm.
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