El Salón de Los Ángeles evoluciona su modelo de certamen del vehículo ecológico para intentar convertirse en un punto de encuentro entre los fabricantes de automóviles tradicionales y las nuevas compañías tecnológicas y de servicios que van a protagonizar la movilidad del futuro.
Pero el nuevo escenario se estrena también con el shock que ha provocado, aún con más intensidad en California, la elección de Donald Trump, un negacionista del cambio climático, como nuevo presidente de Estados Unidos.
En teoría, su llegada podría ralentizar el proceso de electrificación del automóvil. De hecho, tras el resultado electoral, la asociación de fabricantes apenas esperó unas horas para pedir una hoja de ruta más suave en la reducción de las emisiones, prevista para 2025.
Sin embargo, lo cierto es que los elevados niveles de contaminación de muchas grandes ciudades en todo el mundo, como Los Ángeles, no dejan apenas alternativas a la electromovilidad para mejorar la calidad del aire. Y la autonomía que disfrutan las ciudades y los estados de EE UU ofrece margen de maniobra para mantener este proceso.
En lo que respecta a la presentación de nuevos modelos, los protagonistas principales en el Salón de Los Ángeles han sido el Alfa Romeo Stelvio, primer SUV de la marca italiana, y el Jaguar I-PACE, primer eléctrico de la británica.
Además, destacan también el Volkswagen Atlas, un SUV grande pensado para el mercado americano que no llegará a Europa, pero que supone el primer escalón en la ofensiva del fabricante alemán para recuperar confianza de los clientes de Estados Unidos.
Por lo demás, destacan también los nuevos Mazda CX-5 y VW e-Golf, la evolución del Golf eléctrico (ahora con 300 kilómetros de autonomía) y las últimas propuestas de Maybach, la versión larga Executive del nuevo Porsche Panamera y el Volvo V90 Cross Country.
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