Las ventajas de las mecánicas de gasolina en finura y rango de revoluciones, y las de los diésel en fuerza a bajo régimen y eficiencia en el consumo. Es el cruce de caminos que simboliza la X que completa el nombre de este revolucionario motor de Mazda, que tras años de desarrollo llega ahora al mercado. Se ofrece ya en el Mazda3, su modelo compacto, y en el CX-30, el último SUV, a partir de 28.065 y 29.975 euros respectivamente, 24.065 y 26.075 con descuentos. Y desde 155 y 185 euros al mes financiando la compra con la marca.
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El motor Skyactiv-X es un 2.0 de gasolina y 180 CV que incluye dos modos de funcionamiento. Cuando se circula a bajo régimen o a medio gas, utiliza una mezcla pobre de gasolina que explota por compresión, como en los diesél, pero con la ayuda de una bujía y una mini inyección de combustible. Y cuando se acelera más y se le exige, pasa a funcionar como cualquier motor de gasolina y sube a 6.000 revoluciones.
Pero la gran aportación de esta tecnología de dos almas es que como en uso normal se circula casi el 80% del tiempo en modo mezcla pobre, gana mucha eficiencia y reduce un 20% al consumo frente a un motor de gasolina equivalente. Y con la ayuda del módulo microhíbrido de la marca, que incluye otro motor eléctrico de 6,5 CV, tiene etiqueta ECO de la DGT y reduce a solo 5,4 litros a los 100 kilómetros el consumo medio oficial del Mazda3 y a 5,9 el del CX-30, ya con el nuevo ciclo WLTP, más exigente.
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