La ficha técnica dice que es un Lincoln Futura de 1955, pero la artística revela que fue el coche original que pilotaba Batman, con Robin de copiloto, en la popular serie de finales de los años sesenta. Tardaron 15 días transformarlo en el Batmobile. Y es que ahora el coche tiene nuevo dueño: el sábado fue subastado por 4,8 millones de dólares (3,6 millones de euros), incluida comisión.
Era el lote 5.037 en la primera subasta anual que celebra la casa especializada en automóviles de coleccionistas Barrett-Jackson, en Scottsdale. El nuevo dueño del vehículo, propietario de una compañía de logística en Phoenix (Arizona), dice que hará algunas reformas en casa para tenerlo en el salón. Su sueño, comentaba tras caer el martillo en los 4,2 millones, se hizo realidad.
El Futura era un concept fabricado por Ford Motor en Italia. George Barris, su primer y único propietario, lo compró por un dólar de la época. Invirtió 15.000 para adaptarlo a la serie protagonizada por Adam West y Burt Ward, y darle el mismo carácter que los superhéroes que interpretaban. Barris, de la quinta de West, decía que “tenía que ser una estrella”.
El Batmobile es un V8 de 500 caballos de potencia y contaba con una innovadora transmisión para la época, además de dirección asistida
Y así fue. El Batmobile tiene un V8 y 500 caballos de potencia. El deportivo contaba con una innovadora transmisión para la época, además de dirección asistida. Pero eso casi no importa cuando se recuerdan los dispositivos que Batman y Robin tenían a mano en el coche para hacer frente a los malos o el Batphone. Tras una gira de promoción, el vehículo quedó aparcado.
Barris, de 87 años, es conocido como “King of the Kustomizers”. Es un viejo conocido en Hollywood, por los coches que preparó durante su carrera profesional para películas y series de televisión. Entre ellos se encuentra el DeLorean de Regreso al futuro, la furgoneta negra que aparecía en El Equipo A o el Trans Am transformado en KITT en El coche fantástico.
El precio final pagado por las llaves del Batmobil quedó por debajo de lo que esperaban algunos especialistas, que lo valoraban en cinco millones. En la misma subasta se vendieron dos clásicos de Ferrari, un 250 GT LWB California Spider y un 250 GT SWB Berlinetta Competizione, por más de ocho millones cada uno. En total, se recaudaron más de 100 millones.
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