Conducir por ellos es un lujo y una experiencia. Se trata de los túneles más largos ubicados alrededor del mundo. Kilómetros y kilómetros de carreteras bajo accidentes geográficos como montañas o el mar, que desafían a la naturaleza a favor de la conectividad.
Por ejemplo, uno de ellos es el túnel de Yamate en Japón, a 30 metros bajo la superficie y con 18,2 kilómetros de longitud. Similar al de Yamate, en China se encuentra el de Zhongnanshan (18,02 kilómetros), que actualmente permite recorrer en 40 minutos lo que anteriormente suponía alrededor de tres horas. Pero hay otro aún más largo. ¿Cuál es?
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El túnel más largo del mundo
Una de las principales características de Noruega es su geografía: rodeado de montañas, lagos y su frío clima, hacen que la conexión sea más compleja. Por eso, la ingeniería hace su magia.
El país cuenta con el túnel más largo del mundo con 24,5 kilómetros. Ubicado en el suroeste de Noruega, une las localidades de Lærdal y Aurland con una pendiente del 2,5%: desde cinco metros sobre el nivel del mar hasta 265. Se construyó en cinco años (comenzó a construirse en 1995 y, luego de cinco años, la obra culminó en el 2000, año en el que fue finalmente abierto al tráfico).
Si bien es verdad que hay otro túnel aún más largo (San Gotardo de Suiza), no está destinado al transporte de usuarios, sino al ferroviario.
Debido a su impactante longitud, es un verdadero atractivo turístico. Los visitantes cuentan con espacio suficiente para aparcar y sacar fotografías. Incluso, tanta es su popularidad, que hasta bodas se han celebrado en el lugar.
El túnel que evita la claustrofobia
También tiene iluminación azul y amarilla con el fin de simular una especie de amanecer, para mantener a los conductores alerta, amenizar el recorrido y así evitar posibles ataques de claustrofobia (miedo a los espacios cerrados).
Por lo mismo, cuenta con grutas de rocas iluminadas cada seis kilómetros para cambiar el ambiente y reducir la monotonía. Todas estas ideas, fueron apoyadas por un equipo de psicólogos que desarrollaron las técnicas adecuadas para aliviar esa sensación de encierro.
Debido a su longitud, esta obra de ingeniería tiene otras características especiales. Por ejemplo, cuenta con bandas sonoras que sirven para advertir a los conductores somnolientos de que su vehículo se está desviando del carril.
Además, cada ciertos puntos hay señales que indican cuántos kilómetros faltan por recorrer. También cuenta con teléfonos de emergencia conectados a la policía, los bomberos y los servicios de asistencia médica. Y, cómo no, radares de velocidad para vitar accidentes.
Una verdadera obra maestra de ingeniería
Para lograr su construcción, fue necesario excavar 2,5 millones de metros cúbicos de roca y piedra, algo que costó cerca de unos 100 millones de dólares.
Ante el largo trayecto, iniciar la nueva ruta fuera del túnel es un gran cambio a la vista. Por lo mismo, al final de este conducto hay una especie de focos brillantes para ayudar a los ojos a que se acostumbren a la luz natural del exterior.
También se ha instalado una planta de tratamiento de aire que trabaja a la par con grandes ventiladores instalador a lo largo del camino y cuya misión es mejorar la calidad del aire.
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