Lo que empezó en septiembre, la despedida de los motores atmosféricos en el Porsche 911 Carrera, fue solo el principio. La oleada turbo se extiende y alcanza al resto de versiones de la gama, ahora le toca a los Carrera, Carrera Cabrio y Targa en sus variantes 4 y S.
La puesta al día estética es la misma que en sus hermanos, con nuevos faros, ligeros cambios en los paragolpes y algún que otro detalle más, pero manteniendo la inconfundible silueta del ‘nueveonce’.
La ‘chicha’ está debajo del capó, donde ahora se encuentra un bloque bóxer 3.0 biturbo, que en el acabado normal desarrolla 370 CV y 450 Nm de par, y en el ‘S’ sube hasta los 420 CV y los 500 Nm de par máximo. En ambos casos se puede combinar con una transmisión manual de siete relaciones o con una caja de cambios automática PDK del mismo número de marchas. Además, estrenan una tracción integral que se controla de manera electrohidráulica. Como último detalle, y como es habitual, está disponible el paquete Sport Chrono.
Analizada la mecánica, toca hablar de prestaciones.
El 911 Carrera 4 con transmisión PDK y el pack Sport Chrono acelera de 0 a 100 en 4,1 segundos, mientras que el Carrera 4 S con la misma configuración completa el Sprint en 3,8 segundos. Las versiones Cabrio y Targa necesitan dos décimas más que el modelo de techo cerrado. Sin especificar, Porsche revela que la velocidad máxima oscila entre los 287 y los 305 km/h, según variante y equipamiento.
Manteniendo la configuración anterior el 911 Carrera 4 homologa un consumo de 7,9 l/100 km, mientras que el 4S Cabriolet y el Targa 4S gastan 8 l/100 km. Del resto de versiones no hay datos en la nota de prensa.
La lista de precios es la siguiente (siendo alrededor de 1.000 euros menos si equipan la caja de cambios PDK):
– 911 Carrera 4: 120.186 euros
– 911 Carrera 4S: 136.341 euros
– 911 Carrera 4 Cabriolet: 135.119 euros
– 911 Carrera 4S Cabriolet: 151.273 euros
– 911 Targa 4: 135.119 euros
– 911 Targa 4S: 151.273 euros
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.