Una propuesta original y capaz de sorprender a la mayoría

El Citroën C4 Cactus es un coche especial. Y ésta ya es una gran noticia. Rompe con la uniformidad a la que se someten la mayoría de los fabricantes, ya que se ciñen a determinados conceptos que se saben exitosos y funcionan. Con esta propuesta la marca francesa sale de su zona de confort, un hábito que suele dar buenos resultados. En este caso también…

Aunque se llame C4 es significativamente más pequeño, en concreto 17 centímetros más corto y seis más estrecho. Tiene una carrocería de cinco puertas de diseño fresco y atrevido, lo que se agradece. Y pese a esas cotas inferiores, una vez en su interior no tenemos la sensación de disponer de menos espacio que un C4 convencional. Ofrece sitio suficiente para cuatro ocupantes (más justo para un quinto) y un maletero correcto, sin más, dentro de su categoría.

La marca de los chevrones apuesta con el Cactus por un coche de precio ajustado pero sin que el usuario deba realizar renuncias significativas. Es decir, se supone que tiene todo lo imprescindible… al menos para sus creadores, lo que no deja de acarrear ciertos riegos. Porque es así como no lleva cuentarrevoluciones, las ventanillas traseras no se abren (sólo tiene un pequeño ángulo de compás para airear), no existen asideros sobre las puertas, la mayoría de las funciones del coche se realizan a través de una pantalla central, la tapa del depósito se abre con llave, los elevalunas no cuentan con función de un único toque para su accionamiento o los parasoles carecen de iluminación. Así que cada potencial cliente deberá valorar la importancia que da a estos detalles. Cierto es que no afectan a lo esencial del vehículo, que por lo demás cumple sobradamente con las expectativas.

El motor HDi de 1,6 litros y 100 CV es perfecto para su filosofía, con prestaciones suficientes (lástima de un cambio de seis marchas) y gasta realmente poco. Dinámicamente presenta un carácter tranquilo, inclinándose más hacia el confort que hacia la efectividad, aunque sin mostrar carencias preocupantes. Y todo, con el objetivo cumplido de un precio interesante.