Con una estrategia claramente orientada hacia los SUV a corto plazo y a la implementación de la electricidad a medio, Volkswagen también aprovechó la primera sesión informativa de 2017 para dejar claro el futuro de muchos de sus modelos. Durante el presente curso llegarán los nuevos Polo y T-Roc, pero ¿qué pasa con viejos conocidos como el Volkswagen Beetle o el Scirocco?
Que su continuidad está en grave peligro. A pesar de los beneficios, las consecuencias del dieselgate siguen muy presentes en las oficinas de Volkswagen, desde donde buscan recortar gastos en la medida de lo posible. En esta situación, tanto el Escarabajo como el Scirocco parecen tener los días contados, puesto que sus ventas son de las más bajas de su segmento: apenas algo más de 25.000 unidades en 2016 para el primero y menos de 11.000 para el segundo.
Quizá la carrocería descapotable del Beetle se salve, puesto que vende mejor que el cupé y además es el único roadster que queda en toda la gama de la marca. Sin embargo, las palabras de Arno Antlitz, miembro de la junta de Volkswagen, no son esperanzadoras: “Ambos modelos representan una clase de vehículos atractiva y emocional, pero el plan de Volkswagen no es siempre el de continuar todos nuestros coches de una generación a la siguiente”.
A día de hoy ya ha cesado la producción del Scirocco en muchos países, mientras que el Escarabajo sí que ha recibido una actualización de cara a 2017. Otro mal indicativo es que no se han filtrado imágenes de ninguna mula de desarrollo para el teórico reemplazo de ninguno de los dos modelos.
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