Cuando Volkswagen sacó a la luz el XL1, la expectación inicial se transformó pronto en desilusión. La marca alemana presentaba un modelo híbrido biplaza que homologaba la impresionante cifra de solo 0,9 l/100 km, pero poco después dejaba bien claro que su producción sería muy limitada y que no estaría al alcance de cualquiera debido a su precio, 123.500 euros.
Una vez eliminada la opción de convertirlo en un modelo de producción en serie que fuera beneficioso para el usuario a la hora de repostar, el mayor interés del modelo radicaba en esperar a una rumoreada versión deportiva que se decía podía aprovechar sinergias con Ducati.
Ha tardado, pero finalmente está aquí: en el Salón de París se presenta mundialmente el XL Sport, una variación del modelo original que se olvida de la eficiencia y apuesta por la potencia pura y dura. ¿Cómo lo han conseguido? Sustituyendo el sistema híbrido original por el motor 1.2 V2 de 200 CV que monta la Ducati 1199 Superleggera y manteniendo aspectos del XL1 como la ligereza de materiales.
A pesar de tener unas mayores dimensiones que su hermano (4.291 mm de largo, 1.84 mm de ancho, 1.152 mm de alto y 2.424 mm de distancia entre ejes), conserva el chasis monocasco y tiene muchas piezas fabricadas en CFRP. Sumando esto a la presencia de una caja de cambios DSG de doble embrague y siete marchas, el XL Sport pasa de 0 a 100 en 5,7 segundos y alcanza una velocidad máxima de 270 km/h.
En el aspecto puramente estético, parece ‘más coche’ que su hermano. En el frontal se radicalizan los rasgos, crece la parrilla y se suma un labio inferior; en el lateral se aprecia como las ruedas traseras pierden el carenado y suman unas entradas de aire que, con el alerón trasero desplegado y visto desde delante, dan al cuarto trasero cierto aire al Nissan GT-R; y por último la zaga, mucho más ancha, en la que los protagonistas son las luces LED y el difusor.
Por el momento se trata de un prototipo, Volkswagen no ha confirmado su intenciones respecto al modelo.
Sigue toda la información de EL MOTOR desde Facebook, Twitter o Instagram
Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.