La irrupción de los propulsores eléctricos ha supuesto un paso más allá en la moda de los ‘resto-mod’, que consiste en recuperar modelos clásicos y restaurarlos, pero poniéndolos al día en el apartado mecánico. Dentro de la tendencia, se ha popularizado montar sistema de propulsión de cero emisiones en coches antiguos, fórmula que directamente también han tomado prestada algunos fabricantes para crear coches nuevos. Es el caso de Aviar Motors.
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Esta compañía rusa acaba de presentar el Aviar R67, un prototipo cuya imagen –con inconfundible aroma retro– no oculta el hecho de que es un coche de nuevo desarrollo.
Está muy claro que el modelo de referencia para elaborar su diseño es el de un Ford Mustang clásico, concretamente el del primero que vio la luz en 1962, que presentaba una configuración biplaza. Son múltiples los detalles que se han tomado prestado directamente de él, como las proporciones generales o los grupos ópticos tanto delanteros como traseros, pero se ha buscado mejorar el concepto original añadiendo fibra de carbono en la parrilla (completamente carenada), el paragolpes delantero, los faldones laterales y el difusor trasero.
El habitáculo busca encontrar un equilibrio entre lo antiguo, con un conjunto bastante espartano que elimina todo lo innecesario, y lo moderno, con detalles como la iluminación ambiental LED, el cuadro de instrumentos digital o la enorme pantalla vertical que da forma a la consola central.
Esta además da una clara pista sobre el coche en el que está basado el R67, puesto que en el mercado solo hay un modelo que presente una consola de dicho tamaño: el Tesla Model S. Presenta además la misma configuración de dos motores, uno asociado a caja eje, desarrollando 840 CV para pasar de 0 a 100 km/h en 2,2 segundos. El sistema tiene una batería de 100 kWh de capacidad (compatible con los supercargadores de Tesla) que le otorga una autonomía de 507 kilómetros.
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