Junto a la segunda generación del Volt, Chevrolet ha aprovechado el Salón del Automóvil de Detroit para presentar un prototipo (que tiene bastantes hechuras de modelo de calle, todo sea dicho) totalmente eléctrico, el Bolt EV.
Quizá sea por el color elegido, quizá por su naturaleza 100% eléctrica o porque, de lelgar a producción tendría un precio de 30.000 dólares, pero lo cierto es que las comparaciones con el BMW i3 han sido constantes desde que asomó el morro por el NAIAS 2015.
El principal argumento del prototipo de Chevrolet es su autonomía: 320 km por carga. ¿Cómo lo consigue? En primer lugar con el empleo de todo tipo de materiales ligeros para reducir el peso del conjunto, que incluyen desde los más ‘habituales’ aluminio y fibra de carbono hasta magnesio. En segundo, se ha trabajado la aerodinámica, optimizando el flujo del aire gracias a una parrilla carenada o a los guardabarros traseros ventilados. Falta conocer que motor y baterías monta, pero el fabricante no se ha pronunciado al respecto.
Estéticamente, aunque se aprecian trazas de prototipo, está muy cerca de lo que vemos en los modelos de producción. Con cierto aire aun Aveo, es más grande y luce elementos que lo acercan al mundo SUV, como las protecciones de plástico negro en los bajos o las barras del techo.
El interior sigue esa misma línea. Los colores empleados parecen poco probables en una configuración final de serie, pero la distribución del habitáculo, minimalista y con toda la información repartida en dos pantallas, necesitaría pocos cambios para ser plenamente funcional.
Su llegada a la calle está en el aire, pero es probable que este Bolt EV acabe siendo una realidad.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.