Los vehículos todoterreno que se lanzan a explorar zonas poco habitadas suelen llevar latas de combustible extra para no quedarse varados en medio de la nada. Ahora, Nyobolt ha trasladado este concepto a los eléctricos como una alternativa llamativa para lidiar con los problemas de autonomía.
La compañía ha presentado el Bolt-ee, que podría definirse como una batería portátil o ‘power bank’ con ruedas, pensada para cargar coches eléctricos en zonas donde o bien no pueda accederse a la red eléctrica, o bien esta suela sufrir cortes.
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Su diseño es similar al de una maleta con ruedas, de un tamaño relativamente compacto, que cuenta con tecnología autónoma para poder acercarse al vehículo que lo necesite. Así, la firma apunta que cualquier plaza de aparcamiento podría convertirse en una plaza con carga para eléctricos, si necesidad de una instalación previa.
El Bolt-ee integra una pantalla táctil desde la que puede controlarse toda la operación de carga y el propio conector para enchufarse al vehículo.
Nyobolt lo define como un supercargador compacto, algo que ratifican sus prestaciones. Es capaz de cargar a una potencia de 300 kW, que es más alta de lo que soportan la práctica totalidad de eléctricos del mercado. Esto hace que puedan suministrar hasta 100 kilómetros de autonomía adicional en menos de 10 minutos, un tiempo que se asemeja al de un repostaje y que serviría para situaciones de emergencia.
Está previsto que el Nyobolt Bolt-ee empiece a producirse a comienzos de 2024 y la compañía cree que puede convertirse en un éxito debido a las previsiones de coches eléctricos que hay a medio plazo en regiones como Europa.
La necesidad de puntos de recarga en Europa
La implantación de los coches eléctricos está siendo más lenta de lo esperado, pero se espera que en los próximos años se incremente el ritmo. Así, se cree que para 2030 el 55% de las ventas mundiales de coches sean modelos de cero emisiones.
Europa será uno de los mercados que lidere este movimiento y se espera que para dicha fecha se necesiten nada menos de 5,2 millones de puntos de recarga. La infraestructura actual va muy por detrás y, para cumplir con dicho objetivo, sería necesario instalar 13.000 cargadores cada semana hasta 2030, algo que parece imposible que ocurra.
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